Las mujeres copan en torno al 95% de las excedencias, reducciones de jornada y bajas laborales por razones familiares. Con este porcentaje, es difícil romper el mito de que contratar a una mujer es menos rentable porque en algún momento dejará en segundo plano el trabajo para priorizar el cuidado de sus hijos, según los expertos. De hecho, una encuesta del Instituto de la Mujer revela que el 42% de los empresarios opinan que "los problemas familiares limitan el rendimiento del colectivo femenino". Otras encuestas demuestran que el absentismo y la falta de puntualidad son más elevados entre los hombres.

Las excedencias solicitadas por las madres apenas han caído un par de puntos en ocho años (de un 96% en el 2000 frente al 94% en el 2008). En cuanto a las reducciones de jornada, las mujeres protagonizaron un 98% de las solicitudes por cuidado de niños o adultos en el 2005, frente al 96,5% en el primer trimestre del 2010.

Hay dos variables que explican, según los expertos, esta discriminación. Por un lado, las mujeres han cuidado tradicionalmente de la familia y por otro, ellas son el eslabón débil del mercado laboral. Varios estudios afirman que cobran hasta un 27% menos.