LOS HECHOS ocurrieron el 25 de septiembre en Santander. La mujer, N. V. V., propinó dos bofetadas a una auxiliar clínica porque su hijo lloraba mientras le le curaba una quemadura. La víctima requirió de asistencia médica y tardó cuatro días en volver al trabajo. Ayer, fue condenada, por una falta contra las personas a dos meses de multa.