La IL edición del Festival de Teatro Clásico de Mérida sube hoy el telón para la representación de La Paz , de Aristófanes, en versión del dramaturgo extremeño Miguel Murillo, quien destacó en la presentación la plena vigencia del mensaje de esta obra. Murillo afirmó que hace 2.500 años "éramos igual de idiotas y decíamos las mismas tonterías", y agregó que "hace 2.500 años, la gente del teatro se jugaba la vida por ir contra la guerra, mientras los vendedores de higos y los fabricantes de lanzas pagaban para que esas guerras continuasen".

Ahora, igual que entonces, según el escritor, quienes financian las guerras crean una paz que es sólo una estatua "que nos adorna y nos impide ver más allá de nuestras narices".

Por su parte, el consejero de Cultura, Francisco Muñoz, destacó que el proyecto de festival, ideado por los responsables políticos y culturales de la República hace 70 años y que luego pasó por una larga noche hasta tomar su formato actual con la llegada de la democracia, "continua por encima de las personas", y agregó que la cita emeritense "tiene ya una gran proyección como festival decano, y un espacio propio por lo que significa".

En cuanto a la obra que estrena esta edición, Muñoz aseguró que "tiene mucho que ver con Extremadura y con algo que nos importa mucho, que es la paz".

MONTAJE INTERACTIVO

El director del festival, Jorge Márquez, destacó que "en nuestros cuatro años de gestión, es la primera comedia que se representa", sobre un texto lleno de humor "pero sin olvidar el sentido crítico y ácido" que imprimió Aristófanes, "y con un elemento fuerte por encima de todo, que es la reivindicación de la paz".

Márquez reclamó la complicidad del público "porque se trata de un montaje interactivo, que necesita la participación de los espectadores".

En cuanto a Juan Margallo, director de la representación, se mostró encantado de volver al teatro romano tres años después de haber dirigido Edipo en el mismo marco, y aludió a que Murillo "ha dado una vuelta de rosca" al texto clásico al concebir un falso Olimpo, donde no hay dioses, sino comediantes.

Joaquín Kremel, que dará vida al protagonista Trigeo, se mostró "perturbado y a la vez ilusionado" por debutar en el teatro romano, y explicó que la obra "es un juguete para que el espectador se entretenga y recapacite, a ver si esto cambia de una puñetera vez".

Finalmente, Yolanda Criado, que en la obra encarna a la esposa de Trigeo, afirmó que los ensayos han sido "de lo más placentero", y defendió el trabajo de los actores, y sobre todo del coro, que, a su juicio, aporta "un trabajo fresco, espontáneo y divertido". Al mismo tiempo, Criado reivindicó la calidad de la cantera extremeña de actores.

En el acto de presentación también estuvieron presentes el concejal del Cultura del Ayuntamiento de Mérida, Fernando Molina, quien disculpó la ausencia del alcalde Pedro Acedo, y el diputado de Cultura de la Diputación Provincial de Cáceres, Andrés Rodríguez.