Nadie quiere ver una rayada en su coche. Nadie quiere que su vehículo roce nada que pueda dejar una huella permantente en su silueta. En el caso de que alguien posea un super deportivo italiano, como por ejemplo un Lamborghini Gallardo, probablemente no querrá que se acerque ni una minúscula mota de polvo que amenace la perfección de su diseño. Dolk, un artista y grafitero noruego, no pensó lo mismo con su Gallardo, bólido que quiso convertir en una obra de arte de una forma muy peculiar.

El noruego, propietario del deportivo, expuso su coche en un museo danés, el ARoS Aarhus Kunstmuseum, con una sorpresa preparada para sus visitantes. Dolk permitió, durante un tiempo determinado, que todos los que sintieran el deseo y las ganas de rayar el Gallardo lo hicieran libremente, sin límites ni condiciones. Cualquier superficie de la silueta del vehículo era apta para convertirse lienzo.

UN LIENZO NEGRO BRILLANTE

Durante tres semanas, los visitantes del museo dieron rienda suelta a su creatividad para plasmar lo que se les ocurriera encima del negro brillante de la carrocería del Lamborghini. Hubo quien optó por la tradicional raya de punta a punta, quien escribió sus nombres y hasta quien quiso escribir 'Skoda' encima del coche. Ni el distintivo de la marca, ni los cristales, las pastillas y discos de freno ni las llantas quedaron libres del ataque creativo de los que se acercaron al museo en la localidad costera de Aarhus, al noroeste de Copenhague.

La intención del artista era dejarlo más tiempo pero ha señalado que la obra está acabada y que ya no se puede rayar más porque los nuevos arañazos tendrían que ser encima de los actuales y comenzarían a eliminar la pintura del vehículo. Dolk no pintará de nuevo el Gallardo porque no quiere estropear la pieza que los visitantes al museo han creado.

"NINGÚN HOMBRE ES UNA ISLA"

El Lamborghini formaba parte de la exposición "Ningún hombre es una isla" que partía con la idea de que los que se acercaran al museo salieran con un punto de vista diferente de la sociedad. "Se trata de mostrar cómo las acciones destructivas de cada individuo dejan rastros claros y contribuyen a una sociedad cuya fachada se está desgastando lentamente". Con esta frase, la página web de la exposición presentaba la muestra del ARoS Aarhus Kunstmuseaum.