El Teatro de La Fenice de Venecia renace de sus cenizas, aunque su vuelta a la vida haya sido un largo y tortuoso camino de 8 años y 9 meses, entre polémicas, retrasos y procesos judiciales. La Fenice, que toma el nombre del mitológico ave Fénix, que volvía a nacer tras desaparecer en la hoguera, ya sufrió un incendio en el 1846 y en menos de un año fue reconstruido haciendo honor a su nombre.

En la noche del 29 de enero de 1996, el fuego volvió a reducir a cenizas el teatro, ante los ojos atónitos de los italianos que en directo y vía televisiva contemplaron cómo se destruían los ricos interiores de madera y sus dorados. Pero esta vez la leyenda del ave parecía olvidada. El coliseo de Venecia permanecía como una herida abierta en el centro de la ciudad de los canales.

Finalmente, será el 14 de diciembre cuando a los sones de La consagración de la casa , la célebre obertura de Beethoven, se encenderán de nuevo las luces del antiguo teatro. No todo está terminado y falta todavía mucho para devolver al teatro su antiguo esplendor, pero por lo menos la música volverá de nuevo a la platea.

COMO ERA Y DONDE ESTABA La reconstrucción no ha estado exenta de polémica y sólo el lema acuñado para la misma, Como era y donde estaba, ha permitido superarlos. Sólo una semana después del incendio, el mundo de la cultura comenzó a movilizarse recaudando dinero que llegó a Venecia desde todos los rincones del planeta. Se hizo entonces un concurso público que ganó la sociedad Impregilo, apoyada por el entonces alcalde de la ciudad Massimo Cacciari y todo indicaba que la reconstrucción sería rápida. Poco después, diversas irregularidades llevaron a Cacciari a los tribunales. Aunque finalmente fue absuelto, el concurso quedó anulado.

Así las cosas, La Fenice seguía sin renacer. Las obras iban muy despacio y la paciencia del gobierno empezaba a agotarse. El nuevo alcalde, Paolo Costa, fue nombrado delegado para la reconstrucción. Bajo su supervisión, Holzmann, la empresa constructora que entonces se ocupaba del proyecto fue sustituida por un consorcio y finalmente, la silueta del Teatro de La Fenice empezó a levantarse en el campo San Fantin, la plaza donde se ubica.

Mientras tanto, los jueces de Venecia llegaron a la conclusión de que el incendio que consumió el teatro en tan sólo una noche fue intencionado y condenaron a Enrico Carella y Massimiliano Marchetti, responsables de la empresa de electricidad Viet. Ambos habrían provocado el incendio para evitar pagar una multa.