El padre de Bomba Haibab era sargento del Ejército y su madre trabajaba en la oficina de sanidad del Sáhara. Tienen un libro de familia español y DNI español. Por eso, Bomba recuerda que los saharauis no son como el resto de los inmigrantes que llegan y reivindica un trato diferenciado, "porque tenemos un origen común y queremos que nos reciban como españoles que somos", señala.

Bomba, que nació bajo bandera española en 1964, ha decidido asentarse en Badajoz, donde acaba de constituir la asociación denominada Colectivo Saharaui de Extremadura, cuyo objetivo, según explica, "es la defensa de los intereses de las personas saharauis en Extremadura, independientemente del país o el lugar del que procedan, vengan de Marruecos, Mauritania o Argelia".

Esta asociación cuenta por el momento con 150 asociados, aunque calcula que en Extremadura hay más de 700 saharauis. Hablan español y muchos de ellos nacieron españoles en el Sáhara, "lo único que les diferencia es que añoran el desierto, los camellos y la leche de camella, tienen la piel oscura y son musulmanes, por lo demás somos iguales".

Estos saharauis necesitan integrarse plenamente en la sociedad extremeña, según Bomba, por ello se creará una oficina en la sede de la asociación, --que trabajará provisionalmente en la sede pacense de IU hasta que consiga un local--, para prestar apoyo y ayudas de tipo social y humanitaria, "tenemos a mucha gente que no tiene donde vivir, aunque los papeles para conseguir la nacionalidad son el principal problema".

Sin embargo, no sólo pretenden trabajar para mejorar la situación del colectivo, sino para que "se integren en la sociedad extremeña, en sus costumbres, y cuidemos la bandera española, que es nuestra bandera, por eso hemos venido aquí, y defendamos a España, que es nuestro segundo país", según este licenciado en Geografía e Historia que ha trabajado en el comercio y ahora busca un empleo en Badajoz, donde está dispuesto a trabajar en cualquier cosa, como intérprete, conductor, o guarda de seguridad, ...

"En Extremadura cuando digo que soy saharaui me reciben bien, aunque en los pueblos el trato es más cercano que en las ciudades, la gente mayor recuerda el Sáhara, a veces te encuentras con algún mayor que hizo allí la mili y te enseña fotos del desierto, montado en un camello, y lloran recordando que abandonaron el Sáhara, para mí es muy triste", relata.

Bomba espera mantener un encuentro con la delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, para presentarle la asociación y también con los responsables de la Diputación de Badajoz, a los que solicitará un local para establecer la sede en la que los saharauis puedan trabajar y reunirse.