La Audiencia Provincial de Madrid condenó a Alvaro I.G., conocido como Nanysex , a 58 años de prisión por cinco delitos de abusos sexuales y seis de corrupción de menores entre el 2002 y el 2004, a pesar de que la Fiscalía solicitaba 175 años por 23 delitos de abusos sexuales. La reducción en la condena se debe a que la resolución contempla como atenuante la colaboración del acusado con las autoridades, a pesar del agravante de abuso de confianza, ya que se valía de su trabajo como canguro para tener acceso a sus víctimas.

Algo que, según la Fiscalía y los abogados de las víctimas, no demuestra nada ya que los niños no podían resistirse e, incluso, en muchos casos no eran conscientes de que estaban siendo objeto de agresiones.

A Nanysex también se le impone la prohibición de acercarse y comunicarse con sus víctimas durante un periodo de diez años más tras ser excarcelado. Los magistrados le negaron la aplicación del atenuante de trastorno mental debido a la parafilia de tipo pedófilo que padece, pues desde el punto de vista penal no se considera "una enfermedad sexual".

El resto de integrantes de la red de pederastas también recibió penas, que oscilan entre los tres y los 31 años de cárcel. Nanysex y sus acólitos fueron detenidos en el mes de mayo del 2005, dentro de la Operación Kova , tras una investigación policial iniciada después de que la Secretaría General de Interpol en Lyon alertase a las autoridades del hallazgo de fotografías pornográficas de bebés.