Más de dos años después de la tragedia del transbordador Columbia , en la que fallecieron siete astronautas, la NASA reemprenderá el miércoles sus vuelos tripulados con una misión crucial para la supervivencia de la Estación Espacial Internacional (ISS) y para la reputación de la agencia espacial de EEUU. El Discovery , una de los tres naves todavía disponibles, despegará a las 21.51, hora española, tras haberse sometido a un buen número de reformas que garantizan la completa seguridad, según dice la NASA, aunque no satisfacen al 100% los requisitos exigidos por la comisión de investigación creada a raíz del accidente de febrero del 2003.

El primer objetivo del Discovery , también con siete tripulantes a bordo, será abastecer a los dos ocupantes de la ISS y proseguir la construcción del complejo orbital, que acumula un gran retraso debido al parón de los transbordadores, pero su cometido esencial será sin duda confirmar si las reformas técnicas introducidas han sido suficientes. De hecho, el Discovery no lleva a bordo ningún gran módulo para ser acoplado y sí muchos sensores para comprobar el funcionamiento de las piezas, especialmente el recubrimiento térmico.

EN ORBITA 12 DIAS El transbordador pasará 12 días en el espacio, 8 de los cuales amarrado al muelle de la ISS. El encuentro se producirá a 351 kilómetros de altura. El Discovery lleva cuatro toneladas de suministros y material técnico para los dos tripulantes actuales de la ISS, el ruso Serguei Krikaliov y el norteamericano John Phillips. Sin transbordadores en activo y con los cargueros rusos Progress como única ayuda, la estación se había visto obligada a reducir de tres a dos el número de tripulantes, a alargar su permanencia en órbita de tres a seis meses y a limitar las actividades científicas a bordo. Para el transporte de material (agua, comida, equipos científicos) se empleará el módulo presurizado Raffaello, de fabricación italiana, que se vaciará, recargará con residuos y volverá a Tierra al concluir la misión del Discovery .

La prioridad del vuelo será analizar el funcionamiento de la protección de carbono reforzado que recubre la nave. De hecho, un trozo de espuma aislante que se desprendió del depósito externo e impactó en un ala fue el origen del desastre del 2003 (durante el regreso del Columbia , el tremendo calor que se alcanza al atravesar la atmósfera penetró en la estructura interna del ala y acabó por dañarla con resultados trágicos). Para comprobar si todo va bien, habrá más de un centenar de sensores que transmitirán datos a la tripulación y al centro de control en Houston.

Una de las grandes reformas atañe al depósito externo de combustible, que se utiliza en el momento del lanzamiento y luego se suelta. Por ejemplo, se ha sustituido el recubrimiento de espuma aislante --que evita la formación de placas de hielo-- por un sistema de calefacción interior. Durante el despegue, varias cámaras filmarán en exclusiva el depósito para analizar si se produce algún problema. Por este motivo se descartó el lanzamiento en horario nocturno.

DESPLEGAR EL BRAZO Por si fuera poco, una vez se acople a la ISS, el Discovery desplegará su brazo robótico de 33 metros, con un sensor en su extremo, para revisar trozo a trozo el estado de la cubierta, operación que se complementará con tres paseos espaciales de seis horas y media. Los dos astronautas que saldrán al espacio abierto --Stephen Robinson y el japonés Soichi Noguchi-- ensayarán por primera vez la reparación en órbita de las losetas aislantes del escudo. También restablecerán la alimentación de cuatro giroscopios de la ISS que quedaron fuera de servicio en marzo y un quinto que no funciona desde el 2002. Los giroscopios son esenciales para garantizar la estabilidad de la estación y así poder proceder a colocar más módulos.

RIESGO CERO, IMPOSIBLE Las tres grandes reformas propuestas por la comisión de investigación del accidente del Columbia , conocida con las siglas CAIB, eran prevenir la pérdida de material aislante, tener fotos de calidad del depósito externo durante la misión y facilitar la reparación en órbita de algún defecto del escudo. Aunque todo parecía en orden, los miembros del CAIB no han sido del mismo parecer y su último informe, presentado en junio, lamentaba que no se habían cumplido a rajatabla algunos aspectos, aunque al mismo tiempo asumía que "es imposible retirar todo riesgo de la industria espacial". Concretamente, la CAIB subrayaba que no se ha eliminado el riesgo de que algún elemento del depósito se desprenda.