Otra misión de transbordadores de la NASA, otro problema con el sistema de aislamiento. En lo que parece una pesadilla recurrente para la agencia espacial estadounidense, las cámaras del Atlantis han detectado un agujero de 10 por 15 centímetros en el sistema de protección térmica de la cola. En este caso, según repitieron con insistencia ayer hasta tres responsables y portavoces de la NASA, la grieta no presenta riesgos para el regreso a la Tierra de la nave, que anoche continuaba el viaje para acoplarse a la Estación Espacial Internacional.

El agujero, registrado por la cámara instalada en el brazo robot del Atlantis , se produjo por el levantamiento de uno de los paneles de aislamiento, que probablemente cedió por efecto del aire durante el despegue. La grieta está situada en la cola del transbordador, una zona que, según explicó la portavoz de la NASA Lynette Madison, no alcanza temperaturas superiores a los 371 grados en el regreso a la Tierra. Otras partes de las naves llegan a los casi 1.600 grados cuando toman contacto de nuevo con la atmósfera terrestre.

ZONA SEGURA Madison aseguró que la zona del Atlantis donde se ha localizado el daño no suele ser donde los ingenieros encuentran problemas potencialmente fatales. Sin embargo, y para estudiar posibles consecuencias de los desperfectos, los ingenieros están usando las fotos tomadas por el propio Atlantis para crear una maqueta tridimensional.

Otro portavoz, Kyle Herring, confirmó que, de momento, la agencia no prevé alterar la misión de 11 días del transbordador y relativizó la amenaza del agujero. "Hemos aterrizado con seguridad naves con daños en esa misma área similares e incluso peores", dijo Herring, que intentó evitar que los medios usen el término "preocupación". "No creo que esa sea la palabra adecuada porque no hay urgencia en esta situación", declaró.

También el responsable de la misión, John Shannon, aseguró que el agujero "no es una gran causa de preocupación ahora mismo". "Queda mucho trabajo por hacer --continuó--, pero salvo ese desperfecto el vehículo está muy limpio".

Sin duda, el mensaje tranquilizador intenta difuminar los fantasmas de la tragedia del Columbia , un accidente del 2003 que ha marcado a la agencia y las misiones de los transbordadores. En aquel caso, el desprendimiento de una placa en el lanzamiento causó daños en un ala a los que no se dio suficiente importancia mientras la nave estaba en el espacio. Cuando el transbordador regresó a la Tierra, sin embargo, esos daños originaron un recalentamiento excesivo del Columbia , que se desintegró en una explosión causando la muerte inmediata de sus siete tripulantes.

Ahora, la agencia registra con cámaras todos los detalles de los lanzamientos y controla más el estado de las naves. Y por eso varios responsables han explicado en las últimas misiones que los problemas de desprendimientos de placas de protección térmica y espuma aislante no son nuevos ni más graves. Simplemente ahora se ven más.