Los técnicos de la NASA recolectaron ayer en el desierto de Utah los frutos cosechados por la sonda Stardust tras un exitoso viaje de siete años y 4.630 millones de kilómetros. Se trata de una pequeña cápsula captadora en la que, si todo ha funcionado como estaba previsto, tendrían que haberse acumulado restos minúsculos de polvo cósmico (stardust), especialmente de origen cometario. Quizá no sean ni unos miligramos --cabrían en una cucharilla de café, dice la NASA--, pero los científicos confían en que ayuden a comprender un poco más la formación y la evolución del Sistema Solar. El atractivo frasco se abrirá mañana.

Desde que los astronautas de la nave Apollo 17 regresaron con un puñado de rocas lunares, en 1972, nunca una misión había logrado volver a casa con material espacial. Es cierto que cada año caen sobre la Tierra cientos de toneladas de polvo espacial, pero es prácticamente imposible dar con muestras que se conserven enteramente impolutas, sin contaminaciones.

ATERRIZAJE CRONOMETRADO El proceso de aterrizaje empezó de madrugada, en horario español. Cuando se encontraba a 110.000 kilómetros de la Tierra, la Stardust soltó la cápsula con las muestras y ésta empezó su aproximación. Cuatro horas después, convertida en una bala a 46.000 km/h, alcanzó las capas más altas de la atmósfera (120 kilómetros de altitud). Superó la fricción sin problemas, prosiguió el descenso y se abrieron los dos paracaídas (32 y 10 kilómetros de altitud) que amortiguaron el impacto contra el suelo. "Atención, aterrizaje confirmado", exclamó entre aplausos el centro de control en el Jet Propulsion Laboratory (JPL), en Pasadena. Fue a las 11.12 horas.

Los radares de la NASA --era de noche-- siguieron la reentrada del proyectil sin contratiempos. Y el aterrizaje se produjo en el lugar previsto, un polígono de entrenamiento de la Fuerza Aérea estadounidense. De inmediato, un equipo técnico se desplazó en helicóptero para recoger la cápsula.

LABORATORIO ESPECIAL Los restos top secret , que se guardaron en un depósito especial, serán trasladados en un embalaje protector al centro espacial Johnson de la NASA, en Houston (Tejas), donde está previsto que mañana se abran. Para ello se ha habilitado un laboratorio.

La Stardust , que pesa 385 kilos, había partido el 7 de febrero de 1999 desde Cabo Cañaveral para recoger partículas desprendidas del cometa Wild 2 . Durante su misión pasó por Júpiter y Marte, dio tres vueltas al Sol y finalmente alcanzó su objetivo --se situó a sólo 300 kilómetros del cometa-- el 2 de enero del 2004. La Stardust proseguirá ahora su vuelo hasta desaparecer para siempre en las cercanías del Sol.

Para la recolección de muestras, la nave llevaba un captador con aspecto de raqueta y fabricado en aerogel, un sólido ultraligero y de textura esponjosa. A él deberían haberse pegado --sin estropearlas-- tanto muestras microscópicas del Wild 2 como de cualquier otro material en circulación por el Sistema Solar.

Para Peter Tsou, subdirector de Investigaciones de JPL, "éste era el día que esperábamos desde los primeros años del decenio de 1980" cuando se comenzó a concebir la misión en la NASA y Don Brownlee, investigador principal de la misión, indicó: "Verla indemne y de regreso es un logro gigantesco".