La oleada de descalificaciones que está levantando el rodaje de la película de Carlos Saura basada en los crímenes de Puerto Hurraco es una apuesta segura cara al éxito de taquilla. Así lo reconocieron ayer personas vinculadas al mundo del celuloide que aseguraron que a este ritmo la película podría estar en las salas en Navidad.

De momento, está previsto que el rodaje, que se está realizando en varios municipios segovianos, se prolongue durante ocho semanas. Después, el estreno dependerá de la aceleración que se imprima al periodo de montaje y las tareas de postproducción, aunque todo indica que será un proceso rápido para aprovechar la campaña navideña y el tirón promocional que está dando la actualidad informativa.

Esta publicidad gratuita comenzó cuando el consejero de Cultura, Francisco Muñoz, calificó al veterano director de "mediocre" al conocer su proyecto basado en los crímenes ocurridos en 1990 en la pedanía pacense. La respuesta a estas declaraciones, efectuadas en mayo, llegaron el lunes de la mano del productor Andrés Vicente Gómez. Justo el día que se inició el rodaje de la película.

El productor echó leña al fuego cuando aseguró sobre el titular de Cultura extremeño que era un "analfabeto" añadiendo, además, que las críticas de los políticos regionales al proyecto cinematográfico eran "viles". La Junta de Extremadura aún no ha contestado a estas declaraciones, recogidas por gran parte de medios de comunicación nacionales. Pero si algo es previsible sobre este asunto es que cuando lo haga la noticia volverá a estar en primera plana, haciendo de trampolín para aumentar la curiosidad del público sobre el filme.

EFECTO ESPECIAL

En medio de esta vorágine está Reyes Abades. Es el responsable de los efectos especiales de El séptimo día , título de la controvertida película, y uno de los portadores de una Medalla de Extremadura concedida por la Junta. Entre su amplío currículo reluce un Goya.

"Estoy realmente jodido por todo lo que se ha montado --aseguró ayer a EL PERIODICO EXTREMADURA--. Es duro hacer una película de una masacre en un pueblo extremeño, pero lo cierto es que ocurrió, como pudo pasar en cualquier otro sitio. Si alguien tenía que contar esta historia, a mí me da mucha confianza que sea Saura quien lo haga", dice este especialista, natural de Castilblanco.

Reyes Abades es el único extremeño presente en el rodaje y asegura que Saura "sabe lo mal que lo estoy pasando". Pero si hay algo que le duele especialmente es que alguien piense que está cometiendo una especie de traición hacia Extremadura. De hecho, dice que interviene en algunas frases o acciones del guión con las que no está de acuerdo porque de algún modo afectan a la región y "poco a poco consigo algunas cosas".