La negativa del personal de la aerolínea de bajo coste Easyjet de transportar a Barcelona las células madre que se emplearon en el pionero trasplante de tráquea a la colombiana Claudia Castillo estuvieron a punto de arruinar la operación.

Así lo informó hoy la BBC en su página web, que asegura que tras la negativa de Easyjet, cuyo personal alegó en el momento de abordar el vuelo que el material podía ser peligroso, los doctores tuvieron que alquilar un chárter por 14.000 libras (unos 16.700 euros).

Las células madre que se extrajeron a la paciente y que sirvieron para que Castillo recibiera un trasplante de tráquea de otra persona sin necesidad de suministrarle inmunosupresores fueron tratadas en un laboratorio de la Universidad británica de Bristol.

Una vez listas para "repoblar" la tráquea del donante, estas células sólo tenían una vida de 16 horas, por lo que la situación se tornó crítica, según explicaron a la BBC los médicos que participaron en el transporte hasta el Hospital Clinic de Barcelona.

El profesor Anthony Hollander manifestó que "el personal de embarque afirmó que no se podía llevar a bordo el material, porque podría tratarse de algo peligroso" y recordó que, pese a sus explicaciones y después "un intenso debate, llegaron a la conclusión de que no iban a transportarlo".

A partir de ahí, el profesor Martin Birchall ofreció más detalles de lo que parece más una película de acción que un transporte de material médico, teniendo en cuenta que "si no hubiéramos podido hacer llegar las células en esas 16 horas se hubieran perdido años de trabajo y la operación no se hubiera llevado a cabo".

Birchall, que insistió en que habló varias veces con los responsables de Easyjet y en que éstos nunca pusieron problemas al transporte, dijo que "se pensó incluso en ir en coche hasta Barcelona", pero que la solución final la aportó Philip Jungerbluth, el estudiante alemán encargado de transportar las células.

"Philip conocía a un cirujano torácico alemán que suele volar. Mantuvimos con él un par de conversaciones y en un par de horas se plantó en Bristol con su jet privado", explicó Birchall.

No había tiempo para papeleos y el propio Birchall pagó de su bolsillo el coste del vuelo chárter, una elevada suma que le fue devuelta poco después por la Universidad de Bristol.

El profesor subrayó que lo importante es que finalmente se pudo llevar a cabo lo que ha supuesto "un gran avance médico y científico", aunque haya sido con un elevado coste económico extra con el que no se contaba, pero lamentó que la dirección de Easyjet no le haya respondido a los correos electrónicos que les envió.

La aerolínea se puso en contacto con la BBC para afirmar: "no tenemos noticia de la petición de un pasajero para llevar material médico a bordo. De todas maneras y como gesto de buena voluntad Easyjet ha reembolsado al pasajero el coste de su vuelo".