Aunque el título pueda recordar a las películas de Esteso y Pajares quiero referirme con él a estos magnates de nuevo cuño y muy dudosa ralea a los que últimamente se les está pillando con el carrito de los helados, siempre presuntamente, claro está. Destaco unas declaraciones de la madre de Nathan Falco , hijo del millonario Flavio Briatore , quien asegura que el infante es el que más está sufriendo por la reciente confiscación de su yate. El shock le ha hecho perder la leche materna y el pequeño echa de menos las cómodas habitaciones del barco. El ´pobre´ Briatore no había pagado 4 millones de euros en concepto de IVA, ni otros 550.000 euros relativos al impuesto especial sobre la gasolina. El empresario se defiende diciendo que el ´barquito´ no le pertenece a él sino a una sociedad de alquiler de naves con sede en las Islas Vírgenes británicas y tiene bandera de las Islas Caimán. ¡Ah, qué orgullo de plutócrata lucir esa bandera en la proa, sinónimo de una fiscalidad transparente! Esperemos que su vástago pronto tenga otro yate donde conciliar plácidamente el sueño.

Otra que también debería lucir la bandera de las Islas Caimán en su pechera es Sarah Ferguson , a la sazón duquesa de York. Pedía medio millón de euros por poner en contacto a un empresario con su exmarido, el príncipe Andrés. Ahora Fergie pide perdón y ha confesado su error, justificándolo con problemas financieros.

Zapatero quiere poner un impuesto a los muy ricos. Me da la impresión que sólo gravará el dinero que tienen declarado, no a toda la negra podredumbre que permanece oculta en sus cloacas. Refrán: Al pobre le faltan muchas cosas. Al avaro, todas.