La niña S. C., de 11 años, presuntamente agredida por su profesor de artes marciales hace tres años, declaró ayer por videoconferencia desde un juzgado de Mataró en el juicio celebrado en la Audiencia. Fuentes judiciales informaron de que la menor, que el primer día no acudió al juicio por sentirse incapacitada para volver a ver al agresor, corroboró todos los abusos en una declaración a puerta cerrada.

El juicio a Francisco Castro Salazar, acusado de agredir a cuatro niñas de dos colegios del Maresme entre el 2001 y el 2002, quedó ayer visto para sentencia.

La fiscalía mantuvo la petición de 19 años de prisión y la acusación particular la modificó un poco a la baja para pedir 16 años. La defensa continuó con el argumento de que el profesor es inocente al llegar a la conclusión de que las niñas han mentido.

Esta vista volvió a poner sobre la mesa el tema de la protección de los menores en los procesos judiciales cuando el presidente de la Sección Segunda de la Audiencia de Barcelona, Pedro Martín, rechazó la petición de que las víctimas declararan tras una mampara que evitara la confrontación con el acusado.

La polémica subió de tono el día en que el padre de S. C., la niña que presuntamente padeció los abusos más graves, no llevó a su hija a declarar con el argumento de que estaba incapacitada por el trauma.

El caso hizo intervenir incluso al ministro de Justicia, Fernando López Aguilar, quien garantizó que una próxima modificación de la ley de enjuiciamiento criminal evitará situaciones como las vividas en éste y otros juicios porque impondrá la protección.

Tanto la fiscal como la acusación particular argumentaron ayer en los informes todas y cada uno de las pruebas que las llevan a la conclusión de que Castro es culpable. Por contra, la defensa detalló por qué considera que S., una niña con graves conflictos internos por los celos de su hermano pequeño, fabulaba al acusar a su profesor.