Ningún menor andaluz podrá someterse a una operación de cirugía estética sin que previamente haya pasado un examen psicológico que valore su nivel de madurez y descarte desórdenes que contraindiquen la intervención, según un decreto aprobado hoy por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía.

Según ha informado hoy la consejera de Salud, María Jesús Montero, el "auge" de estas intervenciones entre los menores, especialmente entre las chicas, ha llevado a la Junta a regular una actividad que se ofrece en la sanidad privada y de la que no siempre se informa adecuadamente.

Montero ha explicado que la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética apunta que España es el cuarto país del mundo con mayor número de operaciones estéticas, con más de 380.000 al año, de las cuales unas 60.000 se realizan en Andalucía.

Además, una de cada diez intervenciones se hace en un menor de 18 años, un proceso para el que bastaba con el consentimiento paterno. Sin embargo, a partir del decreto aprobado hoy, todos los menores que quieran someterse a una operación de cirugía estética -de entre las que destaca el aumento de mamas- deberán pasar un informe psicológico previo que garantice el nivel de madurez necesario para afrontar una intervención de estas características.

"Muchas veces la persona no sólo no ha completado su proceso biológico sino que no cuenta con la edad mental para asumir un cambio así", ha dicho la consejera, quien además ha explicado que el decreto pretende "contrarrestar" las campañas basadas en la importancia del aspecto físico y que ocultan información sobre los peligros que suponen este tipo de intervenciones.

Así, las operaciones deberán estar plenamente justificadas y documentadas, además de presentar una relación "razonable" entre sus riesgos y beneficios.

La consejera ha explicado que los menores deberán recibir toda la información sobre el acto quirúrgico, incluyendo indicaciones sobre los resultados que se esperan, sus consecuencias y posibles riesgos, las contraindicaciones y las probabilidades de repetir la intervención en el futuro.

Con carácter previo a esta información, un profesional ajeno al centro o servicio sanitario responsable realizará el correspondiente informe psicológico, que será tenido en cuenta por el cirujano a la hora de tomar una decisión.

Siempre y cuando el informe psicológico y la valoración médica sean positivos, los jóvenes de entre 16 y 18 años podrán tomar la decisión de someterse a la intervención, por lo que serán ellos mismos quienes suscribirán el consentimiento informado.

No obstante, los padres deberán ser informados y su opinión será tenida en cuenta, según la consejera. Entre los 12 y 16 años, son los padres o tutores quienes deben autorizar la intervención, aunque será escuchada la opinión de los menores y si el joven tiene menos de 12 años, la decisión corresponderá en exclusiva a sus progenitores.

En cuanto a los controles y garantías exigibles a los centros y a los profesionales, el decreto prevé la creación de un registro de datos de cirugía estética de menores con el fin de conocer los indicadores de resultados y las tasas de éxito, complicaciones y efectos secundarios.

Los centros tendrán que presentar anualmente una memoria detallada de sus instalaciones, incluyendo equipos, quirófanos, salas de despertar y unidades de reanimación.