"Bestialidad". Esta fue la palabra utilizada por un portavoz de la policía francesa para describir el estado en que los agentes encontraron el cuerpo sin vida de Nicolás Holtzmann, un niño de 9 años. Cuatro miembros de su familia --el padre, la madre, la abuela y un tío-- fueron detenidos en Estasburgo acusados de haberlo torturado hasta la muerte.

El padre, de 45 años; la madre, de 31, la abuela materna y un tío de Nicolás fueron detenidos el sábado después de la intervención en su domicilio de un equipo de urgencias sanitarias. Cuando llegaron los socorristas, el niño presentaba un "paro cardiorespiratorio" y, aunque los médicos consiguieron reanimarle durante unos momentos, el pequeño falleció poco después.

El cuerpo, que presentaba numerosos hematomas recientes, llamó la atención de los especialistas. Los padres explicaron que el pequeño se había "caído por la escalera", lo que, según su versión, justificaba su deplorable estado.

Pero los primeros exámenes del forense y de la investigación de la Brigada de Menores pudieron determinar que el niño había permanecido "bastante tiempo" atado a la cama, con los tobillos inmovilizados y las manos ligadas a la espalda. Nicolás "vivió un verdadero calvario durante varios días" indicaron fuentes policiales de Estrasburgo para hacer hincapié en la violencia con que los familiares se ensañaron con el pequeño. Lo que ha soportado "supera el entendimiento y la imaginación", precisaron otras fuentes próximas a la investigación.

Los cuatro miembros adultos de la familia del pequeño fueron detenidos. Los otros menores, tres niñas de 6, 11 y 12 años que compartían el apartamento con siete gatos y un perro, fueron trasladados a un centro de acogida.