Parte de los menores subsaharianos que llegan a Canarias en cayuco también serán trasladados a la Península como ya ocurre actualmente con todos los adultos. El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, anunció ayer en el Senado que apoyará la propuesta que desde hace semanas formula el gobierno canario para hacer frente a la saturación de sus centros de acogida.

Los menores no acompañados eran los únicos africanos llegados en cayuco que permanecían hasta ahora en las islas. Al ser la atención de los menores una competencia transferida, cada comunidad autónoma se hace cargo de los detenidos en su territorio. La actual avalancha de embarcaciones ha provocado, sin embargo, que las 250 plazas de que dispone Canarias para acogerlos se hayan quedado más que cortas. El gobierno de las islas tiene unos 400 menores a su cargo, algunos ubicados en campamentos provisionales. Y antes de finales de mes podrían llegar a 600 de seguir el actual ritmo de llegadas, según auguró el senador de Coalición Canaria (CC), Melchior Navarro.

LAS AUTONOMIAS OPINARAN Caldera le respondió que apoyará la "propuesta de distribución solidaria de menores entre diversas comunidades autónomas" que el gobierno canario formule ante el Consejo Superior de Política de Inmigración, el organismo donde participan el resto de autonomías y que ahora deberá ratificar la decisión. Andalucía, que también ha sufrido oleadas de pateras, reclama desde hace años sin éxito una medida similar.

El ministro de Trabajo informó también que durante los seis primeros meses del año se han trasladado a la Península 5.650 africanos, de los cuales 435 han sido liberados en Cataluña. Unas cantidades que calificó de "moderadas" desde el punto de vista numérico. En las islas quedan detenidos aún otros 3.990 a los que se añadirán los 85 llegados la tarde de ayer a la playa tinerfeña de Los Cristianos, después que su cayuco fuera interceptado por una patrullera de la Guardia Civil.

Otra lancha del instituto armado, la Río Duero , que patrulla en la costa africana, rescató ayer a 43 senegaleses que llevaban embarcados una semana y afrontaban un fuerte viento y olas de dos metros en aguas de Marruecos. Todos fueron entregados a las autoridades mauritanas.

BARCO ESPECIALIZADO En Cádiz se supo ayer que el buque Annat Tg99 cargado con 216 inmigrantes asiáticos que llegó el pasado martes estaba siendo investigado por la Interpol desde mayo por su participación en el tráfico de personas, según la Subdelegación del Gobierno. La Guardia Civil estuvo registrando su interior en presencia de los presuntos tripulantes --que dijeron ser de Gambia, Senegal y Mauritania-- y se incautó de abundante documentación.

El barco había sido pintado recientemente para ocultar su verdadero nombre, Miss, y estaba equipado para realizar largas travesías, llevando a bordo numerosos sacos de patatas para dar de comer a sus ocupantes durante algún tiempo. Como muestra de su especialización en este tipo de pasaje, las bodegas --con varias puertas de acceso desde la cubierta-- estaban preparadas para dar aire acondicionado a los inmigrantes cuando estos debían permanecer mucho tiempo escondidos. Las sospechas apuntan a que su destino era Grecia o Italia, países cuyas banderas de cortesía han sido encontradas en el interior de la nave. Los siete presuntos tripulantes del arrastrero han sido detenidos acusados de un delito contra la seguridad de los trabajadores extranjeros.