Ricardo Córdoba, un vecino que es asesor fiscal y abogado en Almendralejo, casi no se lo puede creer. La inquilina del piso del alquiler que tiene en la calle 6 de Diciembre -de la localidad pacense de Almendralejo- y que además acumula casi un año sin pagarle, ha vendido todos los muebles de su casa. Sin decirle nada y por la espalda. Fueron los vecinos del mismo bloque de viviendas quienes alertaron al propietario de lo que estaba ocurriendo, momento en el que Ricardo comenzó a profundizar sobre lo que estaba ocurriendo hasta el punto de solicitar una orden de desahucio y una denuncia por delitos contra el patrimonio ante el juzgado de instrucción de Almendralejo.

La inquilina es una joven de la misma localidad que ha estado un año viviendo en el piso de alquiler sin pagarlo. El pasado jueves se produjo el alzamiento y la misma tuvo que abandonar la vivienda después de que en enero se pidiera el desahucio. Ahora se enfrenta a una querella impuesta el pasado mes de marzo por el delito mencionado. «Nos ha vendido todos los muebles y ha dejado el piso diáfano. Tengo imágenes de cómo vendía el aire acondicionado». La inquilina le ha vendido los muebles del salón, de las habitaciones e incluso ha arrancado grifos, inodoro y lavabo para venderlos también. «Pero lo más grave es que ha intentado venderme, a mí mismo, toda la cocina». Ricardo ya despejó sus sospechas cuando vio su propia cocina en la web de Mil Anuncios. «Tengo las conversaciones grabadas y presentadas en los juzgados de cómo yo mismo llamaba para comprar mi propia cocina y ella me la vendía. Es pura impotencia ver cómo te están robando y no puedes hacer nada».

Además de interponer la orden de desahucio y hasta dos querellas en los juzgados, Ricardo, que comparte la propiedad con un hermano, alertó a la Policía Nacional de lo que estaba ocurriendo. Los agentes intervinieron la venta del aire acondicionado al pillar infraganti a los compradores, «pero dicen que no pueden hacer nada más. Dicen que pueden llamarle la atención. Es un caso donde se ve claramente la desprotección absoluta del propietario ante el arrendatario», explica el afectado.

Ricardo está a la espera de que los juzgados impongan la vista ante el caso, que ampliará aportando más documentación. Aunque está pendiente de la peritación de los daños, calcula que pueden oscilar los 9.000 euros. Agradece la colaboración vecinal en el caso y señala que «ellos estaban aterrorizados de lo que estaba sucediendo».

Durante todo este año sin cobrar, Ricardo ha mantenido luz, agua «y nunca ha habido ninguna agresión verbal. He actuado con buena fe y he seguido pagando sus consumos a sabiendas de que me estaba robando».