Cándido Flores Sánchez, Candi , como le conocen todos en el barrio del Pilar de Plasencia, recibió ayer el agradecimiento de sus vecinos en forma de homenaje. La asociación vecinal le entregó anoche el premio al vecino del año por engalanar altruistamente los jardines del barrio con obras a escala de construcciones típicas de Plasencia y las comarcas del norte.

--En esta época de individualismo, usted trabaja por sus vecinos, ¿no es un bicho raro?

--No, es mi manera de ser. Yo no tengo ningún problema en ayudar al vecino que me lo pide y, si yo pido algo, también están dispuestos a ayudarme. Además, yo quiero que mi trabajo lo vea y disfrute la gente. Todas las casas que he hecho se las he regalado a los vecinos de buena fe.

--¿Cómo es que un empleado de la empresa del agua se dedica a arreglar jardines y construir casas a escala?

--Pues porque vi que los vecinos gastaban mucha agua en los jardines y a mí me gusta la jardinería, aunque lo mío tiene mérito porque tengo alergia a las flores y hay quien se ríe de mí por eso. Además, soy albañil y me gusta hacer casas a escala de la zona norte porque soy un enamorado de las comarcas.

--¿Qué trabajos tiene en su currículo?

--Empecé con la ermita del Puerto y también he hecho casas típicas de Robledillo, de Gata, de Las Hurdes, de La Vera, del Ambroz. La última que he hecho ha sido la casa de los Almaraz, de Plasencia, que ya está en un jardincillo del barrio.

--¿No le afecta la crisis de la construcción?

--No y con eso también hay muchas bromas entre amiguetes constructores que me dicen que tengo todas las casas vendidas.

--Su mujer estará encantada con tener un manitas en casa

--Pues sí porque yo hago de todo en casa, si puedo hacerlo yo, no entra otro a arreglar nada en casa. Lo de las casas lo hago a ratos, cuando puedo. Con la última he estado un mes y medio más o menos y luego pido ayuda a algún vecino para que me ayude a colocarla porque algunas pesan más de cien kilos.

--¿Está muy solicitado?

--La verdad es que sí, pero hago las casas para mi familia y mis amigos. Le hice una a la madre del tapicero de la casa donde nació porque le hacía mucha ilusión. Cuesta muy poco hacer feliz a la gente y además, me relaja y disfruto de ello.

--Ahora sus vecinos se lo agradecen

--Ya me hicieron un homenaje en plan casero cuando hice la ermita del Puerto, que hasta el cura del barrio la bendijo. Yo estoy muy contento por el premio y toda mi familia está orgullosa de tener un familiar como yo.