Los niños protagonistas de No tengo miedo , la última película del italiano Gabriele Salvatores, emocionaron hoy al público de la Berlinale con su excelente interpretación de este thriller que transcurre en un ambiente rural del sur de Italia a finales de la década de los años setenta.

La historia de esta producción entre Gran Bretaña, Italia y España, que se proyectó en la sección a concurso del festival, está contada desde el punto de vista de los niños del mismo modo que la novela original del también autor del guión, Niccoló Ammaniti, escrito en colaboración con Francesca Marciano.

La actriz española Aitana Sánchez-Gijón, quien encarna a la madre del protagonista en un perfecto italiano del Mezzogiorno, contó en la rueda de prensa posterior al primer pase del filme que "ha sido una experiencia importantísima para mí, porque no había trabajado nunca en italiano".

"Aprendí ese acento y me dicen que parece de verdad, y eso me emociona muchísimo", manifestó.

Salvatores señaló que "la primera persona del relato me condicionó desde el principio, y por eso la película está filmada a una altura de un metro treinta", la altura desde la que el protagonista de diez años ve lo que es la realidad.

El director explicó que, durante el casting , escogió a los protagonistas de entre 540 niños de varias escuelas de la Basilicata, al sur de Italia.

El conflicto del filme se expresa a través del contraste entre los juegos de los protagonistas durante un verano de mucho calor en los enormes campos de trigo de esa región poco poblada y las miserias morales derivadas de las actividades delictivas de los adultos.

El niño Mattia di Piero, uno de los protagonistas y víctima de la trama, se ganó la simpatía de la prensa cuando aseguró, muy serio, que considera esta película como el inicio de una próspera carrera como actor.