El escritor norteamericano Noah Gordon, que hoy recibe el premio honorífico de novela histórica Ciudad de Zaragoza, reveló ayer que, tras siete años sin entregas literarias desde El último judío (1999), escribe "una novela basada en España y en un hombre que fabrica vino, en un momento histórico muy difícil".

Vinculado a Ediciones B con siete novelas, Gordon, que lleva más de cinco millones de ejemplares vendidos, según el director de la editorial, Juan Pascual, compareció ayer arropado por otros cinco escritores de novela histórica del mismo sello.

Le acompañaban Alfonso Mateo, vencedor en el certamen del año pasado con Ladrones de tinta ; María Vallejo-Nájera, con La nodriza sobre la aya de María Antonieta ; Antonio Cabana, que llega con La conjura del faraón ; Jesús Sánchez Adalid, que prepara En compañía del sol sobre San Francisco Javier , y el anfitrión, Juan Bolea, secretario de la Asociación Aragonesa de Escritores.

"Me siento feliz en medio de escritores españoles especialistas en los mismo en que yo llevo empeñado toda la vida", dijo Gordon. El escritor, que ambientó la ya famosa El médico en Zaragoza, afirmó que halló la ciudad mirando en el mapa: "Necesitaba un lugar distante en el que pudiera refugiarse el protagonista, un fugitivo al que no pudieran descubrir; ignoraba lo que significaría en mi vida".

Respecto a si escribir una novela histórica supone para un norteamericano un doble salto espacio-tiempo, Gordon manifestó: "El hecho de aprender es uno de los atractivos para ponerme a escribir; es como adentrarse en un mundo extraño. Suelo comenzar siendo bastante ignorante y al terminar el libro he aprendido lo suficiente para ser un contador de historias".

Y agregó: "Entro a una tierra poco conocida y a un tiempo pasado. Permanezco toda la jornada en ese ambiente. Cuando termina el día, parpadeo y veo que sigo en Massachussets. Esto es lo que me atrae de mi trabajo".

También afrontó la pregunta acerca de si el interés por la novela histórica obedece a un intento de aclarar el presente acudiendo a personajes claros, situados en tiempos que ya están fijados y quietos: "Creo que sí --dijo--. Vivimos con muchos problemas. Siempre hemos tenido guerras. Ahora podemos ver los espantosos conflictos diarios. Cuando ocurrían en el XVI la muerte era igual de espantosa. La raza humana es capaz de sobrevivir a esos horrores".