El Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia) rompió ayer el ambiguo pacto entre laboratorios que durante 25 años ha dividido por dos el mérito de haber identificado el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), y concedió el Premio Nobel de Medicina a Luc Montagnier (Chabris, Francia, 1932), el biólogo que en enero de 1983 aisló el virus que causa el síndrome de inmunodeficiencia humana adquirida, es decir, el sida. Aunque así se publicó entonces en la revista científica norteamericana Science , el dato no evitó que en 1984 el virólogo Robert Gallo (Connecticut, EEUU, 1934) reclamara para él y su equipo la auténtica identificación del virus del sida.

Montagnier, respaldado por el Instituto Pasteur de París, donde trabajaba, no logró detener la presión de tal controversia y ambos científicos llegaron a admitir que se les citara como codescubridores del VIH, si bien Gallo nunca dejó de reconocer que el primer lentivirus (virus con largo periodo de incubación) hallado en linfocitos de pacientes con ganglios inflados por una inmunodeficiencia adquirida lo había aislado Montagnier.

El mundo científico siempre ha conocido la verdad, pero esta ha sido matizada en cada ocasión a conveniencia del auditorio y de los apoyos económicos que una u otra postura han supuesto. La Fundación Príncipe de Asturias, por ejemplo, premió por igual a ambos científicos en el 2000 en reconocimiento por el hallazgo del virus del sida.

TIEMPO RECORD La identificación del VIH, considerado el descubrimiento más trascendente logrado en el más breve periodo de tiempo (su búsqueda específica se había iniciado cinco años antes), permitió diseñar el anticuerpo que a partir de 1987 posibilitó hacer el test que detecta la presencia del VIH en la sangre, lo que facilitó identificar a los infectados. También dio paso, en 1990, al primer fármaco antirretroviral, la zidoviudina o AZT, con el que se empezaron a frenar las 26 infecciones y cánceres simultáneos que definen al sida.

En 1995, la industria farmacéutica, también a una velocidad extraordinaria, puso en los hospitales la primera combinación de tres fármacos dirigidos a cortar la millonaria multiplicación diaria del VIH por tres de sus vías de acceso a las células humanas. Estos cócteles iniciaron la nueva era del sida, la actual. De fallecer en apenas cuatro años de forma cruel, los enfermos pasaron a mantener cifras muy bajas del virus.

El Nobel ha premiado junto a Montagnier a su colaboradora Francoise Barré-Sinoussi, con quien compartirá la mitad de los 1,2 millones de euros. El otro 50% se destina al tercer premiado, el biólogo Harald zus Hausen (Gelsenkinghen, Alemania, 1936), que en 1983 confirmó que el cáncer de cérvix, el segundo más frecuente en mujeres, está causado por el virus del papiloma humano.