El microbiólogo australiano Barry Marshall, que en el 2005 recibió el Premio Nobel de Medicina por haber descubierto la bacteria que causa la úlcera de duodeno y la gastritis, anunció ayer en Barcelona que su objetivo actual es diseñar una vacuna antiulcerosa con la que inmunizar a toda la población mundial.

Marshall, y el patólogo Robin Warren, demostraron en 1982 que el ardor de estómago, el dolor agudo tras comer platos picantes o las molestias de la digestión no son fruto del estrés emocional, como se sospechaba, sino la acción de una bacteria, el hellicobacter pylori , que anida dentro de la pared intestinal y es inalcanzable a los ácidos gástricos.

Los estudios actuales de Marshall se centran en el ADN del hellicobacter pylori . Su objetivo es describir el código genético del microorganismo y diseñar con sus anticuerpos una vacuna que se anticipe y evite el contagio. Calcula que "dentro de 10 o 20 años" las empresas alimentarias incluirán esa vacuna en yogures y leches tratadas, de forma que la población se inmunizará sin ir al médico.

SE TRAGO LA BACTERIA Dado que Marshall es tenaz, sus colaboradores no dudan que dará con la vacuna. Gracias a esa tozudez demostró la existencia del hellicobacter , rememoró ayer: la comunidad científica de los años 80 no creía que una bacteria pudiera anidar en el estómago y, para demostrar que así es, Marshall se tragó unas cuantas y difundió su propia evolución. "No desarrollé una úlcera, pero estuve muy enfermo durante dos semanas --recordó--. Me curé con antibióticos".

El investigador, que presentó con el alcalde Joan Clos, la exposición Visiones de la Ciencia , que patrocina Novartis, considera un error y un riesgo el consumo constante de los fármacos protectores intestinales que ocultan los síntomas de la gastritis y sugirió a las autoridades sanitarias que apliquen el análisis de sangre que detecta la bacteria.