Apenas se podía encontrar un hueco en la discoteca Disco Teatro de Mérida para presenciar el concierto de Manu Chao que ofreció el pasado martes y repitió ayer con otro lleno hasta la bandera. Y ello sin apenas publicidad. El público colgó en el escenario lemas con los lemas Nunca Máis1y No a la Guerra .

Manu Chao, un músico combativo y comprometido con las ideas de izquierda y los más desfavorecidos de la sociedad, desgranó su repertorio de canciones ante un público totalmente entregado y animado, que se sabía los temas y entonaba los estribillos en una sola voz.

Alternándose con Manu Chao, cantó Fermín Muguruza, ex Kortatu, con su grupo. Temas de Radio Bemba, de los discos Próxima estación: la esperanza y Clandestino , que le dio la fama, se escucharon durante las largas horas de música que dedicó el cantante.

MADRUGADA

El concierto empezó sobre las diez de la noche y se prolongó hasta cerca de las cuatro de la madrugada, aunque oficialmente Manu Chao se despidió sobre la medianoche, tras varios bises.

La sala, un antiguo cine de dos plantas, se quedó entonces más despejada al irse mucha gente y los ánimos se serenaron algo con la música de un discjockey que trajo el grupo. Aquí comenzó la segunda parte del concierto. Poco a poco los músico de los dos cantantes se subieron al escenario e hicieron vibrar la percusión. Incluso Manu Chao, aunque en un discreto segundo plano, se incorporó al escenario para tocar el bombo hasta no poder más. El protagonismo se lo llevó entonces Fermín Muguruza y el guitarra de Manu Chao, que se divirtieron tanto en escena como el público con ellos.

Al terminar esta sesión una nueva oleada dejó la sala y tras un breve descanso, en el que los músicos repartieron botellas de agua, y cuando todo parecía haber terminado, Manu Chao se encargó de poner música y sus compañeros volvieron a subir poco a poco al escenario hasta completar una actuación de alto voltaje, mezclada con rancheras y corridos.

A pesar de la gran aglomeración que se produjo en la sala, no hubo incidentes y todo transcurrió con normalidad.

Manu Chao no pidió nada especial a la organización del concierto: solo fruta, café, algunos bocadillos y unas cervezas. Los músicos tuvieron que ser sacados a empujones del escenario para que se fueran a dormir y Manu Chao bajó del escenario para hablar con quien se acercó a él.