El 12 de noviembre de 1976 un grupo de soldados de la Base Aérea de Talavera La Real fueron partícipes de uno de los episodios más misteriosos que envuelven a las instalaciones militares pacenses. El suceso, que fue archivado como alto secreto por la cúpula militar de la época, sale ahora a la luz gracias a un complicado trabajo de investigación del periodista Iker Jiménez, en el que aporta numerosos datos de algo que, oficialmente, nunca ocurrió.

Jiménez --director del programa Milenio 3 de la Cadena Ser-- ha recopilado los resultados de tres años de investigación en el libro La Noche del Miedo (Editorial Edaf), en el que el suceso ocurrido en Talavera le sirve para realizar un estudio del miedo en las personas, según aseguró ayer a este diario. En el proceso, el periodista se ha encontrado con expedientes desaparecidos, pruebas médicas que se intentaron ocultar y varias muertes y accidentes que ocurrieron en situaciones extrañas.

La aparición

Aquel 12 de noviembre un grupo de jóvenes militares de la base pacense presenciaron una aparición espectral que fue objeto de una investigación que se ha ocultado y en la que se realizaron pruebas médicas y psiquiátricas a los soldados cuyos resultados han desaparecido. Muchos de los militares que presenciaron la aparición murieron o desaparecieron en extrañas circunstancias, sufrieron accidentes sin lógica o tuvieron secuelas en su salud.

Los soldados fueron separados tras las investigaciones, pero Jiménez logró reunir a los dos únicos supervivientes. A ninguno de los militares implicados en el suceso se les permitió nunca acceder a los resultados de sus propias pruebas médicas ni de las sesiones de hipnosis a las que fueron sometidos.

El investigador llega a la conclusión de que los soldados mostraron síntomas similares a los que se sufren tras una exposición a radiaciones de tipo nuclear. Aunque Jiménez asegura que siempre se muestra escéptico con estos temas, los resultados de la investigación aportan pruebas para dudar. "He sentido la presión de todo esto como si alguien quisiera que no saliera a la luz."

Además, en todo esto existe una conexión con el Ejército estadounidense. El periodista encontró en su ordenador que, al menos en 50 ocasiones, alguien había rastreado su página web desde el Ejército y el Gobierno norteamericano.