THtace años, los mejores vinos españoles tenían nombres relacionados con la nobleza: Amontillado del Duque , Marqués de Riscal , Conde de Caralt . Después se puso de moda llamarlos por el nombre de su pago, pazo, lar, finca, herencia o viña. Ahora, lo moderno es el nombre latino o el apelativo sonoro, original y un punto arriesgado. Todo esto podría parecer nominalismo vacío, pero repasando datos, uno duda si detrás del nombre del vino no se esconderá un concepto y un estilo.

He aquí una curiosa estadística: si nos fijamos en los 456 mejores vinos españoles según la selección de Gourmetour de hace un año, sólo uno de cada 20 tenía nombre noble . Por el contrario, entre los 25 mejores blancos, rosados, tintos, generosos y espumosos, abundaban los nombres digamos arriesgados (Belondrade , Parató , Kripta 96 , III Lustros , Casta Diva , Liberalia Tres ) y los latinos (Arva Vitis , Quercus , Malleolus , Aurum , Cans Lubis ).

En Extremadura es distinto. Hemos recogido 41 marcas y una de cada cuatro se aferra a la nobleza (Marqués de Villalba , El señorío de Zalamea , Nobleza de Barros , Privilegio de Romale , Señorío de Barrado , Blasón de Turra , etc.). Abundan los referidos a la viña: Puebla, Canchal, Amelia, Romale, Almendra o Maimona. Sólo encontramos modernidad de marcas en un nombre latino, Equus , y en algunas etiquetas sugerentes y abstractas: Zaleo , Attelea ... Lo importante en un vino no es el nombre, ¿pero no necesitaremos un poco más de riesgo en el marketing y menos antigüedad rancia y noble?

*Periodista