Interpretar los entresijos de una nómina es, para la gran mayoría de los trabajadores, un ejercicio complicado. Si esa hoja salarial corresponde a un controlador aéreo español, descifrar los conceptos gracias a los cuales gana el sueldo que gana es todavía más engorroso. En plena tormenta por las consecuencias del plante de 440 de ellos el día 3 y con el estado de alarma aún vigente, EL PERIODICO ha tenido acceso a las retribuciones de uno de los técnicos del centro de control de Barcelona, situado en Gavà (Baix Llobregat). Además de las nóminas de los últimos dos meses (octubre y noviembre), ha obtenido los importes que ese mismo trabajador de AENA cobró tanto en agosto del 2008 como en todo ese año. Una de las primeras evidencias es que los emolumentos de entonces del colectivo eran notablemente superiores a los que perciben ahora (Fomento calcula lo ha rebajado en torno al 40%). Y eso que su nómina refleja que hoy por hoy se embolsa la nada desdeñable cantidad de 17.000 euros brutos al mes.

La antigüedad o el sueldo base, intocables

Criterios como el "sueldo base" o la "antigüedad" son fácilmente comprensibles por la sociedad. Se trata de conceptos considerados intocables que, en el segundo caso, aumentan en cuantía a medida que pasa el tiempo, obviamente, pero que se mantienen inalterables. El tercero de esta categoría es el que se refiere a un "complemento personal no absorbible" que en el caso de los controladores aéreos también es fijo. Y a partir de ahí, todo el resto de los epígrafes de la nómina son extras y logros conseguidos a copia de negociaciones de convenio o, lo que es peor, de prolongaciones de un convenio de 1999 que caducó en 2004 y se fue prorrogando hasta que el ministro de Fomento dijo que se había acabado la bicoca.

Con esta retribución, a partir del decreto de febrero, los controladores aéreos están obligados a trabajar 1.670 horas y solo pueden hacer 80 extras. Esa fue precisamente la chispa que originó el incendio del viernes de la semana pasada. Los trabajadores, afiliados en un 95% al sindicato USCA, consideran que con ese volumen de horas no se puede asumir el tráfico aéreo de la mayoría de las torres y centros de control de la red de AENA. No obstante, también hay algunos aeropuertos en los que sus empleados no hacen ni una sola hora extra porque no es necesario.

Antes de que se fijara ese límite, en los conceptos fijos de sueldo base, complemento no absorbible o antigüedad se incluían únicamente 1.200 horas de actividad aeronáutica y todo el resto de horas (que podían alcanzar las 600) eran extraordinarias. Una de las claves para comprender las desorbitadas nóminas de algunos de estos técnicos es que el importe que se pagaba por estas horas era 2,8 veces más de lo que se abonaba por una hora normal. Por este motivo, en el 2008 el controlador de Gavà percibió 591.200,39 euros brutos anuales. El 74% de ese importe (439.345,9 euros) correspondía a horas extraordinarias. Solo en el mes de agosto, ese mismo hombre ingresó 30.289,27 euros, de los que el 85% eran extras.

Cantidad y la calidad siguen sumando

Todas esas horas extraordinarias, que se denominan "cantidad y calidad", han desaparecido de un plumazo en la hoja salarial de ese mismo controlador del pasado mes de octubre. Lo más probable es que, a estas alturas del año, ya haya agotado las 80 que le correspondían en este ejercicio. Precisamente esa circunstancia fue la que esgrimieron los profesionales del centro de control de Santiago de Compostela durante las jornadas anteriores a la crisis del día 3: que ya habían consumido la bolsa de horas estipuladas por el decreto de febrero. Desde ese momento comenzaron a causar baja. De todos es conocido en qué derivó ese pulso con AENA y el Ministerio de Fomento.

No obstante, recordar que hay concepto nuevo, el CPP a CTA DT 1 L. 9/2010, que es el complemento que se pactó en verano para compensarles por la rebaja tan sustantiva del sueldo por la casi abolición de las horas extras. Es una cantidad que se ha ido abonando ahora a final de año a todos los técnicos y que se ha calculado en función de las pérdidas retributivas que le comportase a cada uno de ellos el decreto de febrero. El controlador barcelonés ha cobrado 3.501,48 euros brutos por este aspecto aunque se puede dar el caso de algunos trabajadores (una minoría en la red española) no perciban esa contrapartida porque no les ha cambiado nada.

Ministro tras ministro, nuevos complementos

Esa es la única concesión que ha pactado Blanco. La única. Se trata de una compensación con fecha de caducidad ya que solo se aplicará este año. A partir del 2011, Fomento cumplirá a rajatabla su autoimposición de que ninguno gane más de 200.000 euros brutos al año. En este ejercicio sí se dará alguno en el que ganen algo más, pero se deberá sobre todo a ese resarcimiento pactado y a algún otro desembolso que también está en vías de modificarse o desaparecer.

Sin embargo, a lo largo de los años los predecesores de Blanco les concedieron prebendas que consolidaron un sueldo más que notable. No hay color político a la hora de comprobar qué ministros de Fomento cedieron a las presiones de USCA. Tanto Rafael Arias-Salgado en el 2000 como Alvarez-Cascos en 2002 en las filas del PP entregaron pagas adicionales y abonos. Igualmente ocurrió después con un gobierno del PSOE con la malagueña Magdalena Alvarez que en 2006 les dio otra retribución adicional que, en el caso del controlador de Gavà, supuso en el 2008 unos 1.300 euros brutos adicionales.

Planes de pensiones y seguros muy generosos

AENA hace una aportación anual al plan de pensiones de sus 2.250 controladores. Lo que sucedía hasta ahora era que la empresa entregaba, por ejemplo en el caso del trabajador cuyos ingresos revelamos hoy, más de 14.000 euros brutos anuales. Si se tiene en cuenta que al resto de personal de tierra de esa misma corporación se les entregan unos 2.000 euros, la diferencia es considerable. Lo que se ha pactado ahora es que la contribución sea equivalente a lo que el empleado aporta con su esfuerzo a ese fin. AENA abonará a partir de ahora el 2% de lo que pague el controlador. Sin embargo, en noviembre todavía se ha entregado a ese técnico 13.222,26 euros por este concepto. También siguen constando retribuciones en especie como seguros de vida y médicos además de "indemnizaciones" por el desplazamiento hasta el trabajo que figuran con el nombre de "transporte", algo que comparten con ciertos trabajadores públicos.