El 17 de agosto, 72 observatorios en todo el mundo detectaron una conjunción única de señales cósmicas: ondas gravitacionales y luminosas provenientes de un mismo evento, el choque de dos estrellas de neutrones (los objetos más densos del universo). La observación, cuyos resultados se presentaron ayer, demostró que en estos choques se originan los elementos de la tabla periódica más pesados que el hierro, entre los cuales se cuentan el plomo, el oro y el platino, por ejemplo.

El hallazgo abre la puerta a «la astronomía de multimensajeros»: una nueva manera de observar el cielo basada en combinar información luminosa con otras señales, como las ondas gravitacionales. Estas son unas sutiles perturbaciones del espacio-tiempo que se detectaron por primera vez en 2015 -descubrimiento premiado con el Nobel de Física del 2017-.

La nueva observación se dio a conocer oficialmente ayer, aunque EL PERIÓDICO ya lo preanunció basándose en rumores que corrían entre los científicos. «Es un nuevo hito revolucionario», afirmó Alicia Sintes, responsable del grupo de la Universitat de les Illes Balears que participó en el hallazgo. Ayer tarde se dieron a conocer diversos artículos científicos inspirados en la observación, siete de ellos en la revista Nature.

El choque cuyas señales llegaron a la Tierra en agosto se produjo hace 130 millones de años en una galaxia de la constelación de la Hidra. Esta se emplaza a 40 megaparsec (130 millones de años luz) de la Tierra, una distancia enorme a escala humana, pero suficiente para que observatorios de todo el mundo pudieran detectar la luz emitida. «La naturaleza ha sido extremadamente benévola con nosotros», comentó Sintes.

El primero fue el telescopio espacial Fermi, que alrededor de las 14.41 horas captó una eclosión de rayos gama. Casi a la vez, el detector de ondas gravitacionales LIGO, en Estados Unidos, alertó de «una señal de unos 100 segundos: espectacular, la más intensa jamás detectada», relató Sintes, que participa en LIGO. Tras una media hora, VIRGO, el detector europeo de ondas gravitacionales, confirmó el evento. En las horas sucesivas, decenas de telescopios y satélites de todo el mundo midieron los diversos componentes de la radiación electromagnética emitida por el evento.

EL HALLAZGO ES DE RÉCORD / «Es la quinta detección de ondas gravitacionales, pero la primera vez que se detecta su emisión por estrellas de neutrones y no por agujeros negros. Es la primera pareja de estrellas de neutrones detectada fuera de nuestra galaxia. Es la primera medida puramente gravitacional de la constante de Hubble, el parámetro que mide la expansión del Universo…», desgranó Toni Font, responsable del grupo de la Universitat de València que participa en Virgo.

Además, es la primera observación de una kilonova, el fenómeno por el cual se generan los elementos de la tabla periódica más pesados que el hierro. «Hasta ahora solo había modelos teóricos», explicó Font. Sin embargo, algunos de los observatorios detectaron trazas de materiales recientemente sintetizados, incluyendo oro y platino.

Sin embargo, lo más relevante es que a partir de ahora la combinación de ondas gravitacionales y luz va a proporcionar una cantidad descomunal de información sobre el universo, según los expertos. Por ejemplo, se espera que esta observación y otras parecidas que se produzcan en un futuro ayuden a desentrañar en qué estado se encuentra la materia dentro de las estrellas de neutrones, los objetos más densos del Universo.

«Este va a ser uno de los eventos astrofísicos más estudiados de la historia», concluyó Sintes.