El virus pandémico de la gripe A ha dado un vuelco evolutivo inesperado, que los científicos califican de "atípico", "misterioso", "sorprendente" y difícil de explicar. Justo al iniciarse en Europa y Estados Unidos la etapa de máximo frío, cuando se temía que el H1N1 expandiría una devastadora infección general que tal vez uniría sus efectos con los virus de la gripe estacional de cada fin de año, resulta que ha dejado de haber epidemia. En apenas tres semanas, el virus A ha dejado de circular en la mayoría de países del hemisferio norte, o lo hace de forma muy residual, y el clásico huracán de infecciones e insuficiencias respiratorias que cada enero desataba la gripe estacional tampoco ha sucedido.

Ambos fenómenos han tenido una consecuencia insólita: el episodio gripal de este año ha sido, es, el más leve, menos grave y mortal de, como mínimo, los últimos 15 años, periodo del que se tiene constancia numérica válida. La capacidad letal del A/H1N1 es entre 20 y 40 veces inferior a la de los virus estacionales, aunque hace nueve meses ningún humano disponía de memoria inmunológica para hacerle frente y atenuar su infección.

UNA EXPLICACION Los microbiólogos expertos en virus gripales, en especial los adscritos a las estaciones de seguimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS), investigan en busca de una explicación que dé coherencia al episodio. La palabra que más reiteran estos días al aludir al H1N1 es "incertidumbre". "No existe precedente de que un virus nuevo, ante el que la población mundial no tenía defensas, haya resultado ser tan poco grave", afirma Tomàs Pumarola, microbiólogo del Hospital Clínic y coordinador del comité asesor de la gripe pandémica en la Generalitat. "Suponíamos que el H1N1, sin apenas barreras inmunitarias que lo detuvieran porque nadie tenía anticuerpos en su contra, tal vez iba a suprimir a los virus estacionales, más debilitados--añade--, pero lo que tiene muy pocos precedentes es que hayan desaparecido los dos: en estos momentos hay cero epidemias. Ni nueva gripe ni gripe estacional".

El virus H1N1 ha hecho exactamente lo contrario de lo que se esperaba de él, añade el doctor José María Bayas, presidente de la Asociación Española de Vacunología. "La gripe A tiene ahora, en pleno enero, una incidencia 10 veces menor que a finales de noviembre, lo cual nos ha dejado a todos bastante perplejos --dice--. Pensábamos que cuando llegara el frío la epidemia del nuevo virus se dispararía".

Los años precedentes en que hubo pandemia gripal por el surgimiento de un virus nuevo --1957 y 1968-- el microorganismo joven dominó sobre los anteriores e inició su presencia en la Tierra en forma de graves y muy mortales epidemias. La población humana fue adquiriendo inmunidad en su contra a medida que se fue vacunando cada año. "Lo curioso es que en estos momentos no exista ninguna de las dos epidemias", indica Antoni Trilla, epidemiólogo del Clínic. "No había ocurrido nada igual desde que disponemos de datos sobre la gripe", añade.

ADVERTENCIA DE LA OMS Toda esta circunstancia coincide y engrandece las sombras de sospecha sobre el organismo, en principio inocuo e independiente, que advierte a los gobiernos sobre las nuevas amenazas y peligros sanitarios: la OMS. La alerta mundial de este organismo sobre el H1N1, y la consiguiente movilización e inversión en vacunas y antivirales hecha en el último año, han resultado ser espectacularmente desproporcionadas. Apenas el 5% de la población mundial se ha vacunado, pero el virus A se extingue solo.

La hipótesis que investigan los centros y expertos de la OMS, el doctor Pumarola entre ellos, para averiguar qué esta pasando sostiene que una parte de la población, la nacida antes de 1957, dispone de respuesta inmunitaria contra la H del virus A/H1N1, su hemoglutinina, una fracción fundamental que cuando hay infección induce en la persona la creación de anticuerpos en su contra. El virus que circuló hasta 1957 (inició su andadura con la mortífera pandemia de 1918) fue otro H1N1 con hemoglutinina muy similar a la del A/H1N1 del 2009. "Sospechamos que las personas mayores de 60 años tienen una cierta protección frente a la gripe A --sostiene Pumarola--. Es solo una hipótesis, pero podría explicar la actual ausencia de gripe". Investigadores del Clínic y EEUU siguen esa pista. Esta hipótesis, no obstante, daría una respuesta parcial a la situación, coinciden Trilla y Bayas.