La inauguración de una nueva línea de autobús en la localidad italiana de Foggia ha desatado una tormenta en el país. El nuevo servicio partirá desde el centro de inmigrantes hasta el centro de la población cuando, previamente, la parada más cercana estaba a dos kilómetros y sobresaturada. En lugar de analizar la cuestión como una mejora del servicio, los medios de comunicación italianos, incluidos los más prestigiosos, vendieron ayer la nueva línea como un flagrante caso de racismo por el objetivo de separar a "blancos y negros". El tratamiento informativo y la reacción suscitada en la opinión pública evidenció que Italia está hipersensibilizada y desorientada cuando se trata de gestionar cualquier aspecto relacionado con la inmigración.

La empresa de transportes públicos de Foggia, ATAF, se apresuró a desmentir que se tratara de segregar a los ciudadanos a una u otra línea en función del color de su piel. Cualquier ciudadano podrá usar cualquiera de las dos líneas. "En vista de que el autobús siempre iba a rebosar, la empresa ha decidido que a partir del lunes haya dos autobuses", argumentaba el comunicado de la empresa.

"No es una cuestión de racismo, sino de crear un servicio mejor", argumentó el alcalde progresista de Foggia, Orazio Ciliberti. Lo sorprendente es que el prestigioso diario La Repubblica salió a la calle ayer por la mañana con el siguiente titular a toda página: "No estamos en Alabama ni en el apartheid de Suráfrica, sino en Foggia".

El Corriere de la Sera le iba a la zaga con el impactante mensaje de "Bus solo para inmigrantes". Algunos medios también hicieron un paralelismo entre el caso de Foggia y la segregación en los autobuses que se vivía en los 50 en EEUU. Y de la prensa italiana, a las agencias internacionales y, de ellas, a medio mundo.

En medio de una auténtica tormenta pública, la empresa de transportes emitió un comunicado en el que pedía "responsabilidad y corrección profesional a los órganos de información para acabar con las manipulaciones sobre esta cuestión".

INFORMACION PONDERADA Mientras la empresa pedía una información ponderada y veraz, otros se dedicaban a avivar el fuego de la polémica. Fue el caso del presidente de la región autónoma, Niké Vendola, comunista y particularmente sensible a los problemas relacionados con la inmigración, quien se apresuró a decir que "la iniciativa sabía a segregación racial".

"Es normal que haya causado un gran impacto en una pequeña ciudad, incluso en el transporte urbano", dijo a este diario Laura Boldrini, responsable en Italia de la agencia para los refugiados de la ONU.