Casa por casa. Así procedían ayer policías y militares que recorrieron las calles anegadas de Nueva Orleans, dando socorro a los damnificados por el el huracán Katrina y conminando a abandonar la ciudad a las entre 10.000 y 15.000 personas que se cree que siguen allí, muchas de las cuales se resisten a salir. Las autoridades repiten hasta la saciedad que la prioridad es salvar vidas, pero ya tienen preparadas 25.000 bolsas de plástico para los cadáveres.

Con su popularidad cayendo en picado a causa de la mala gestión de la catástrofe, el presidente de EEUU, George Bush, anunció ayer por televisión que cada familia damnificada por el huracán recibirá inmediatamente 2.000 dólares (1.612 euros) en metálico del Gobierno, ayuda que costará a las arcas públicas 100 millones de dólares. Se trata sólo de un anticipo de una "ayuda a largo plazo", afirmó Bush.

"Tenemos mucho más trabajo que hacer", recalcó el presidente, que también decretó el viernes 16 de septiembre como "día nacional de la plegaria y el recuerdo" de las víctimas.

SIN CIFRAS CONCRETAS El Gobierno federal y las autoridades locales siguen resistiéndose a dar cifras de víctimas. "No sabemos qué esperar", confesó Bob Johannessen, portavoz del Departamento de Salud y Hospitales de Luisiana, que tiene preparadas 25.000 bolsas para la avalancha de cadáveres que se espera. La cifra oficial de muertos de Nueva Orleans se mantiene en un centenar, pero a las afueras de la ciudad se ha habilitado una funeraria con capacidad para 5.000 cadáveres. En Misisipí, el recuento oficial de muertos es de 201, aunque se especula que en breve llegará al millar.

Mientras el 60% de Nueva Orleans continuaba ayer anegado en una sopa tóxica de aguas contaminadas y los equipos de rescate se esforzaban por sacar a los vecinos expuestos a epidemias que aún se resistían a marchar, EEUU solicitó oficialmente a la OTAN que ayude a hacer llegar a los damnificados la comida y los suministros ofrecidos por sus miembros europeos.

Mientras, en Bruselas, los expertos militares de la Alianza Atlántica comenzaron a estudiar cómo hacerlo, con "el posible uso de barcos de las Fuerzas de Respuesta Logística", un contingente de élite de la OTAN, según señaló Kurt Volker, subsecretario de Estado para Asuntos Europeos y Euroasiáticos.

PRECEDENTE DEL 11-S La última vez que la Alianza acudió en ayuda de EEUU fue después del 11-S, cuando los aviones de reconocimiento aliados patrullaron el espacio aéreo estadounidense.

Los miembros de la plana mayor de la Administración de George Bush seguían ayer su procesión por cinco estados arrasados por el Katrina , en los que se ha declarado el estado de emergencia. El vicepresidente, Richard Cheney, acompañado por su esposa, Lynne, y por el fiscal general, Alberto Gonzalez, visitó Misisipí y Luisiana.

Tras su lenta respuesta inicial a los estragos de Katrina , todo se le hace poco a Bush para demostrar su celo por la reconstrucción y la ayuda a los afectados. El presidente trata también de evitar mayores daños a su popularidad, que alcanzó ayer el nivel más bajo de toda su presidencia: el 41%, según la encuesta publicada por la prestigiosa firma Zogby.

Otra encuesta de la cadena televisiva CBS puso de manifiesto que el 65% de los estadounidenses considera que el presidente se movió con excesiva lentitud. Además, el 58% desaprueba su gestión del desastre.