Los ciudadanos de Gonaives (Haití) volvieron a vivir momentos de pánico el viernes por la noche, cuando empezó a llover y los truenos les hizo recordar las inundaciones provocadas por el huracán Jeanne. "Empezó así la semana pasada", dijo, angustiado, a Efe un ciudadano de Gonaives. Miles de personas volvieron a subirse a los tejados de sus casas y a los montes de la ciudad. El miedo a nuevas precipitaciones se sumó a la desesperación de los habitantes por conseguir agua potable, alimentos y medicinas. La distribución de ayuda humanitaria en Haití se complica cada vez más, después de que las inundaciones impidieran el acceso de vehículos a las zonas más afectadas, donde se suma el miedo a grupos armados que se apropian de los artículos de primera necesidad. En las zonas afectadas no hay luz ni comunicación telefónica.

El primer ministro de Haití, Gerard Latortue, reconoció que "la ayuda humanitaria no empezó a llegar a Gonaives hasta el pasado jueves porque las carreteras de acceso aún seguían intransitables".

El huracán Jeanne ha dejado al menos 1.286 muertos, 1.129 desaparecidos y 900 heridos en Haití. Además, 300.000 personas se han quedado sin casa.