Un juez y un abogado unidos por "intereses bastardos". Con esta demoledora descripción ha bautizado el tribunal la connivencia entre el exmagistrado Lluís Pascual Estevill, de 70 años, y el letrado Joan Piqué Vidal, de 71, a la hora de fraguar una trama de corrupción judicial sin precedentes en España: cobrar cantidades millonarias a cambio de evitar la prisión a varios imputados. El exmagistrado fue condenado ayer a 9 años de cárcel por cohecho continuado y prevaricación. El abogado, a siete, por idénticos delitos.

Es fundamental el concepto del carácter continuado del delito para entender la tibieza de las penas, que se hubieran disparado si cada cohecho se hubiera penado de forma independiente. La cifra total recopilada por los acusados en concepto de sobornos asciende, según la sentencia, a 1.065.000 euros (177 millones de pesetas) que el tribunal ha ordenado decomisar.

MULTAS Encorvados y cabizbajos, los dos principales acusados volvieron a compartir banquillo ayer durante la lectura pública del fallo, que establece, además, una multa para Estevill de 1.803.036 euros (300 millones de pesetas) y 901.500 euros (150 millones de pesetas) para Piqué, al margen de indemnizaciones por daños morales a las víctimas. Además de ser culpable del delito de cohecho continuado, el exjuez y exvocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha sido condenado por prevaricación judicial continuada (seis años de suspensión para ejercer como juez, unidos a otros nueve por el cohecho) y alzamiento de bienes (cuatro meses de arresto).

EL LETRADO RECURRIRA A De igual forma, en el caso del letrado Piqué Vidal, acompaña al delito de cohecho continuado una condena por prevaricación judicial continuada --6.010 euros de multa (un millón de pesetas)-- y por prevaricación de abogado --tres años de suspensión de ejercicio profesional--. Fuentes judiciales informaron de que la defensa del letrado recurrirá contra la sentencia ante el Tribunal Supremo mientras la fiscalía estudia hacer lo propio.

La sentencia, hecha pública ayer por la sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), llega una década después de la comisión de los hechos y, aunque se trata de un momento de inflexión, no es ni mucho menos el punto final, a la espera de que el Supremo se pronuncie en el recurso.

"ESPECIALMENTE REPUGNANTE" Los tres magistrados de la sala, que califican de "especialmente repugnante" y "pluriofensivo" el delito de prevaricación judicial cometido por los dos principales acusados, lanzan un dardo, aunque sin citarla, a la fisca- lía por su tardanza en actuar pese al "rumor" de corrupción cada vez más extendido en los 90.

"Si de clamor ha de calificarse lo que, según algunos testigos, imperaba en la Barcelona del inicio de los años 90 acerca de la existencia de un magistrado corrupto (...), ante rumor de tamaña magnitud y tan ingente gravedad, debieron movilizarse con toda premura e intensidad los Poderes Públicos, lo que infortunadamente no sucedió con la urgencia que el caso requería", reza el fallo.

De nada le sirvió al "afamado" abogado Piqué Vidal intentar convencer al tribunal de las deterioradas relaciones con el entonces juez con el objetivo de diluir un vínculo que, irremediablemente, le conducía a una condena. "Conjuntamente con Estevill los abogados Piqué Vidal y Vives de Hinojosa padre, fueron los máximos y capitales protagonistas del desánimo, desazón e indignación que durante dichos infaustos años cundió en Barcelona", argumentan los jueces: "Con propagación --añaden-- en círculos jurídicos y ciudadanos de la especie de que la justicia pudiere no ser tal allí donde actuaran ambos acusados".

UNA OFENSA AL CIUDADANO El tribunal, integrado por los jueces Núria Bassols, Pon§ Feliu y Guillem Vidal --este último, expresidente del TSJC--, destacan la gravedad de los delitos cometidos por los acusados.

La prevaricación judicial, señala, "ofende al ciudadano que, teniendo derecho a esperar de un servicio público como la justicia una solución a su problema, recibe el bochornoso desaire de una resolución injusta". "Pero ofende también a toda la sociedad --añade el fallo--. Una lacra tal socava gravemente el crédito de las instituciones y resulta demoledora para la administración de justicia".

Los casos en los que, en mayor o menor medida, Estevill y Piqué Vidal extorsionaron a varios imputados en distintas causas judiciales son: caso Nutrexpa e Idapsa, caso Macosa, caso Pryca, caso Rogelio Roca, caso Bertran de Caralt y caso Ramírez.