Más de nueve millones de niños menores de cinco años murieron en el mundo en 2007, a pesar de que ese año continuó el descenso de la mortalidad infantil, indicó hoy Unicef.

Según datos difundidos hoy por el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en 2007 la tasa de mortalidad infantil descendió hasta 68 muertes por 1.000 nacidos vivos, frente a las 93 muertes que se registraban en 1990.

En los países industrializados la tasa de mortalidad infantil apenas es de seis muertes por cada 1.000 nacimientos. Si en 1990 murieron en el mundo 12,7 millones de niños menores de cinco años, la cifra descendió hasta 9,2 millones en 2007.

"Desde 1960, la tasa global de mortalidad infantil ha caído más de un 60 por ciento y los datos indican que esa tendencia continúa. Pero todavía queda mucho por hacer", señaló la directora ejecutiva de Unicef, Ann M. Veneman, en un comunicado de la organización.

La principal causa de la mortalidad de los menores de 5 años es la malnutrición y un tercio de todos los fallecimientos se deben en parte a ella.

Unos 148 millones de niños en los países en desarrollo sufren de malnutrición, según Unicef.

Pero ha habido algunos países que han hecho progresos extraordinarios, como Bolivia, Bangladesh, Nepal o Laos, donde se ha reducido la mortalidad infantil en más de un 50 por ciento desde 1990.

"Estos países están en camino de alcanzar el Objetivo del Milenio de reducir la mortalidad infantil en dos tercios entre 1990 y 2015", señaló Unicef.

En África es donde se dan las mayores tasas de mortalidad infantil, y Sierra Leona es el país con más fallecimientos, 262 niños de cada 1.000 que nacen.

En cambio, en Eritrea, la mortalidad infantil descendió en un 52 por ciento desde 1990.

Unicef atribuye la caída de la mortalidad infantil en muchos países al hecho de haber impulsado la lactancia materna, vacunas contra el sarampión, suplementos de vitamina A, empleo de insecticidas para prevenir la malaria, y prevención y tratamiento del virus del sida.