Wikipedia ocupa ahora mismo un extraño lugar: es la sexta web más usada del planeta, la más mencionada por los blogs y una de las pocas que le ha ganado a Google alguna batalla --la compañía californiana aparcó hace un par de años su proyecto para crear una enciclopedia similar--, pero también crece a un ritmo cada vez más lento, pierde miles de editores de un mes a otro y se enfrenta a la paradoja de que lo que empezó siendo un esfuerzo de colaboración a gran escala, en el que nadie era en principio mejor que otro para definir un concepto, es ahora un espacio elitista: el 1% de sus usuarios son responsables de la mitad de sus entradas. Y los wikipedistas le piden que lleve a cabo un lavado de cara que atraiga a quienes desertaron y a los que nunca han participado en su elaboración.

Y Wikipedia responde. A partir de finales de abril, explica Naoko Komura, de la Fundación Wikimedia, la página contará con un nuevo diseño que "facilitará la navegación" y, lo más importante, la edición de las entradas --es decir, la creación de nuevos artículos o el retoque de los ya existentes-- será "más sencilla".