Como casi siempre, todo lo que tenga que ver con la investigación con células madre provoca airados debates y profundas divisiones. Y eso es lo que está volviendo a ocurrir estos días en Estados Unidos. La administración Obama ha anunciado que recurrirá el fallo del juez que ordenó a principios de esta semana bloquear el uso de fondos públicos para este tipo de experimentos.

Un portavoz de la Casa Blanca anunció que en cuestión de días recurrirán el fallo del juez Royce Lamberth, que volvió a abrir la caja de pandora sobre la experimentación con células embrionarias, poniendo de manifiesto un nuevo encontronazo entre los defensores a ultranza de los avances de la ciencia para intentar buscar tratamiento a enfermedades hasta ahora incurables y los que consideran que para llevar a cabo este tipo de investigaciones se comenten "abortos" y "asesinatos".

De momento la decisión del magistrado suspende provisionalmente el uso de recursos públicos para este tipo de investigaciones hasta resolver la cuestión de fondo (los embriones humanos son obtenidos con financiación privada y Lamberth considera que también debería prohibirse porque terminan siendo destruidos). La primera consecuencia inmediata de esta decisión es que peligran costosas investigaciones para buscar soluciones para combatir enfermedades como el parkinson, el alzheimer, el cáncer o el sida.

FONDOS PRIVADOS Este año ya se han repartido unos cien millones de euros procedentes de las arcas públicas para financiar una veintena de proyectos y, pese al fallo, podrán seguir haciendo uso de ellos porque la legislación de EEUU no prohíbe este tipo de experimentos mientras las células madre se obtengan con fondos privados. Pero la realidad es que buena parte de los avances científicos solo son posibles gracias a recursos federales, sin los cuales los estudios no podrían avanzar.