La jerarquía de la Iglesia católica demuestra su respeto por el nuevo Gobierno socialista rezando por él, dijo ayer el presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Antonio María Rouco Varela, pero eso no le impide mostrar su "preocupación" por tres asuntos en los que los obispos se ven impelidos a emitir su "juicio moral": la suspensión de la ley de calidad de la educación, la prometida regulación del matrimonio homosexual y la anunciada ampliación de supuestos legales de aborto. Según el cardenal Rouco, "a la convivencia de homosexuales no se le puede reconocer una dimensión social similar a la del matrimonio".

El discurso del purpurado gallego, que abrió la asamblea plenaria de primavera de la CEE, tuvo un tono conciliador con el Ejecutivo salido de las elecciones del 14-M. No obstante, Rouco no se abstuvo de manifestar su inquietud por "los problemas que la paralización de la ley orgánica de calidad de la enseñanza puede ocasionar en un momento delicado del curso escolar", sin precisar a qué problemas se refiere.

El parón de la ley de calidad afecta a la imposición de una alternativa obligatoria a la asignatura de Religión, al tiempo que se rebaja su rango académico.