La prensa brasileña esperaba una entrada glamourosa. Pero Beatriz, la reina de Holanda, decepcionó. "La guerra y el sufrimiento que ella causa lanzan una sombra oscura sobre esta visita", dijo. Su visita oficial a Brasil durará hasta el 29 de marzo. La acompañan 18 personas, entre ellas el príncipe heredero Guillermo de Holanda, y su esposa, la argentina Máxima Zorreguieta. Beatriz fue recibida el lunes en Brasilia por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva (ambos en la foto), quien aprovechó para criticar a Estados Unidos.

Lula, cuyo blasón fue ganado alguna vez como líder de los trabajadores metalúrgicos, y que ahora se enfrenta a la primera huelga de uno de los sindicatos de ese sector, aprovechó a su vez la presencia de la monarca para invitar "a las numerosas empresas holandesas a que crean e inviertan en Brasil" y a que colaboren en las políticas sociales de su Gobierno, como su programa Hambre Cero. Holanda es el tercer inversor extranjero en Brasil, después de EEUU y España.

El lunes, la comitiva regia se cruzó en Brasilia con un grupo que protestaba por la guerra. Eran drag queens, que intentaron acercarse a Beatriz con carteles de no war . Esas otras reinas dijeron que eran en "honor" a la visita real.

El viaje de la reina incluye Sao Paulo, el principal polo económico de Brasil, y Recife, en el norte.