El calor volvió a apretar ayer en toda España, aunque, como ya ocurrió el martes pasado, la cosa fue algo más llevadera de lo que se había anunciado en un principio. Donde más se notaron los efectos de la masa de aire sahariano fue en Cataluña, que registró las temperaturas más cálidas del verano. Los españoles, advertidos desde hace unos días, optaron por abarrotar las playas del país, se zambulleron en fuentes y aguzaron el ingenio para hacer más soportable la situación. El panorama mejorará notablemente a partir de hoy, cuando se espera que los termómetros empiecen a bajar.

Las altas temperaturas, que alcanzaron los 36,3 grados en ciudades como Toledo y Ciudad Real y los 35,3 en Madrid, darán paso a un frente del Atlántico, que además de lluvias localizadas traerá consigo un significativo descenso de temperaturas. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) calcula que, entre este jueves y el próximo sábado, los termómetros se desplomarán una media de cinco grados. En Extremadura, se esperan cielos pocos nubosos o despejados con temperaturas en mínimas en ligero a moderado descenso y máximas sin cambios o en ligero ascenso.

ESTACION NORMAL El jefe del Area de Predicción Operativa del organismo, Angel Alcázar, explicó ayer que el descenso de temperaturas previsto para hoy es fruto de la entrada de un frente frío procedente del oeste. Tan solo el interior de Murcia mantendrá la alerta naranja, mientras que Valencia, Alicante, Almería y Baleares estarán en alerta amarilla. El viernes, toda la Península entrará en régimen de normalidad.

El meteorólogo anunció que el lunes llegará a la Península un segundo frente frío, más intenso si cabe que el actual y que afectará a la mitad norte del país. Este verano, dijo Alcázar, será, en definitiva, "un poco más fresco" que los anteriores. Los valores registrados hasta el momento, aseguró, son "normales" para estas fechas.