Se acabó. Siete meses después de que los hospitales catalanes dejaran prácticamente de registrar nuevos contagios, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio ayer por finalizada la que ha sido la primera pandemia del siglo XXI, la de la gripe A, cuyo virus, el H1N1, ha sido el causante de 18.337 muertes en 213 países de todo el mundo. La enfermedad, que cuando fue identificada en abril del 2009 causó una alarma planetaria, ha sido finalmente bastante menos virulenta que lo inicialmente previsto, lo que ha puesto en entredicho la gestión y algunas decisiones adoptadas por la OMS.

El comité de 15 expertos que desde hace unos meses viene asesorando al organismo internacional reconoció ayer que, pese a que persisten algunos brotes muy localizados en regiones del hemisferio sur (donde es invierno), la urgencia sanitaria declarada por la detección del virus de origen porcino, aviar y humano, "ya no está de actualidad".

Con todo, la desactivación de la fase 6 de la alerta pandémica llega "algo tarde", en opinión de expertos epidemiólogos. Del virus de la gripe A, que en España ha provocado la muerte de 350 personas, ya no queda a estas alturas apenas rastro, según datos facilitados ayer por el Sistema de Vigilancia de la Gripe en España del Instituto de Salud Carlos III, que no tuvo constancia de ningún nuevo caso en todo el mes de julio.

"Ha sido una pura cuestión de suerte. El virus no ha mutado a otra forma más letal y no se ha desarrollado resistencia al oseltamivir --el principio activo de los medicamentos contra el virus--, con lo que la vacuna ha demostrado ser segura y ajustada", argumentó la directora de la OMS, Margaret Chan, en respuesta a las críticas que ha recibido la organización por los millones de euros gastados en vacunas que finalmente no han sido utilizadas.

En España, el Ministerio de Sanidad almacena en estos momentos en sus depósitos cuatro millones de dosis sobrantes, valoradas en 28 millones de euros, cuyo destino más probable es ser destruidas.

MANTENER LA GUARDIA "Ahora entramos en un periodo de pospandemia", explicó Chan, que advirtió del riesgo de que el virus "siga afectando a los grupos de edad más jóvenes, al menos los próximos meses". En pocas palabras, resumió la directora de la OMS: "Todavía puede registrarse una elevada transmisión del H1N1 en forma brotes locales de diversa magnitud", como está ocurriendo en ahora en áreas del hemisferio sur.

Lo que más preocupa ahora a los expertos son los grupos denominados de alto riesgo. "Estamos comprobando que la estimación inicial de que el 30% de la población era inmune al virus no es del todo ajustada, por lo que habrá que mantener la guardia", explicó ayer Antoni Trilla, epidemiólogo del Hospital Clínic de Barcelona y asesor de la Conselleria de Salut.

Asimismo, la OMS no descarta la aparición de casos severos de la neumonía primaria que genera este virus, que no suele verse en las epidemias de gripe estacional y que es difícil de tratar. Ante tal situación, la organización recomienda que durante el periodo pospandémico se mantenga el control epidemiológico de los nuevos casos que vayan surgiendo. "Es, de hecho, lo que establece el protocolo. Ahora hay que evaluar y empezar a extraer lecciones", dijo Trilla.