El virus de la gripe A apenas circula por el aire de los dos hemisferios del planeta. Dejó de hacerlo hace más de dos meses, pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha mantenido hasta ahora la declaración de alerta pandémica por el H1N1, resistiéndose a desactivar esa situación en previsión de que la epidemia rebrote de forma agresiva. La asamblea general que este organismo inició ayer en Ginebra (Suiza), con 60 ministros de Sanidad y delegados de 193 países, es la ocasión propicia, según los expertos, para que ese máximo nivel de alerta, destinado a las situaciones de riesgo absoluto para la salud humana, se desactive. Y que el mundo dé así por cerrado este capítulo.

De otra forma, la OMS se enfrentará en futuros encuentros a las críticas de científicos y legisladores que, como hicieron ayer de nuevo, acusarán al organismo de haber creado alarmismo con sus amenazas sobre la hipotética expansión y gravedad que iba a experimentar el virus A. También volvieron ayer las alusiones a que tal vez la OMS actuó bajo la influencia de la industria farmacéutica.

La directora general del organismo, Margaret Chan, se mostró ayer algo más inclinada que en otras ocasiones a analizar a fondo lo sucedido, si bien se atuvo de nuevo a la consideración de que el mundo "ha tenido mucha suerte", ya que la epidemia no ha transcurrido como se temió en un principio. "Ya he dicho que es necesaria una evaluación franca y crítica sobre la actuación de todos en esta gripe, incluida la OMS --dijo Chan--. Debe investigarse en un proceso independiente, creíble y transparente. Queremos saber qué ha funcionado bien, qué se ha hecho mal y, a ser posible, por qué". Chan sostuvo que la OMS intenta extraer una "lección" para gestionar futuras emergencias de salud pública mundiales.

La compra masiva de vacunas contra la gripe A sigue indignando a algunos sectores. "Espero que los estados rindan cuentas en esta reunión de lo que han pagado --afirmó el doctor Marc Gentilini, miembro de la Academia de Medicina francesa--. Las pérdidas han sido tremendas porque hubo un error, falta de apreciación de los expertos en salud sobre el verdadero peligro del virus de la gripe A".

La ministra española de Sanidad, Trinidad Jiménez, que representa a la UE en la asamblea de la OMS, se resistió, no obstante, a cualquier autocrítica. Defendió la gestión española de la epidemia gripal y rechazó cualquier alusión a que, entre todos, se llegara a crear pánico por una enfermedad finalmente benigna. "La OMS siempre actuó correctamente --enfatizó Jiménez--. Ahora es fácil hacer críticas y decir que por qué se hizo esto o lo otro, pero el virus A era desconocido al inicio". Jiménez justificó la compra de 13 millones de dosis de vacunas contra el virus A --de las que apenas se usaron el 10%, porque los ciudadanos decidieron no vacunarse--, y afirmó que el pago de los 91 millones de euros fue "un gasto equilibrado, proporcional y necesario".

NO TIENE SENTIDO La opinión de virólogos y responsables sanitarios, de España y de la mayoría de países de la UE coincide en que "no tiene ningún sentido" mantener activa la consideración de pandemia gripal, y así se pronunciarán en el máximo foro de la OMS, cuyos debates se desarrollarán toda esta semana.

La vigencia de la declaración de alerta pandémica, en cualquier caso, es vista con notable indiferencia desde hospitales, laboratorios y demás centros sanitarios. "Pase lo que pase en la asamblea de la OMS, con pandemia o sin ella, nuestro trabajo será el mismo, porque en estos momentos no hay gripe", dijo Tomás Pumarola, microbiólogo del Hospital Clínico, responsable del análisis del virus A.