El coordinador nacional de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz, anunció ayer que España ha autorizado la figura del buen samaritano , como se denomina a aquellas personas que se ofrecen a donar un órgano en vida, habitualmente un riñón, sin importarles a quién va destinado.

El primer candidato de la historia de España a quien se ha prestado atención para realizar este tipo de donación es un andaluz, que ya ha superado las pruebas psicológicas precisas y que ahora está siendo sometido a análisis físicos para garantizar su correcto estado de salud, ha informado Matesanz en una rueda de prensa.

Esta práctica, anunciada en coincidencia con el Día Mundial del Riñón, ha estado prohibida en España desde que comenzó el sistema de donaciones de órganos, pero el pasado mes de noviembre, después de un intenso debate, recibió el visto bueno de la Comisión de Trasplantes del Consejo Interterritorial de Salud.

El recurso al buen samaritano , protagonista de una parábola evangélica en la que un hombre atiende a otro que ha sido robado y apaleado, sin conocerle y sin pedirle nada a cambio, tiene una larga tradición en el ámbito anglosajón.

Matesanz confesó que esta gente altruista "ha existido en España desde hace mucho tiempo pero siempre se les ha convencido de que no lo hicieran", porque se pensaba que debajo de esta oferta podía haber algún motivo económico o algún problema psicológico, y porque, en los años 80, el riesgo de donar un riñón en vivo era bastante más elevado de lo que es actualmente.

"Los tiempos han cambiado, esta figura cada vez se da más en los países anglosajones y el riesgo de donar un riñón en vivo ha caído mucho", ha esgrimido el responsable de la ONT, quien ha dicho que la legislación española ofrece "todo tipo de garantías para que no haya esa comercialización encubierta a la que teníamos miedo". Para garantizar la validez de la donación, el donante debe pasar un examen físico y psicológico.

La persona que done un riñón no va a saber a quién va dirigido y, la que lo reciba, será quién lo requiera con más urgencia en las listas de espera de este país, donde se encuentran unas 4.200 de las 22.000 sometidas a diálisis.