TEtn los últimos meses las operaciones policiales se están sucediendo en Extremadura. No sé si este aumento se debe a una mayor efectividad de la policía o a un incremento de la delincuencia, pero lo que sí he podido descubrir con ello son las habilidades literarias de los agentes encargados de poner título a estas intervenciones: Operación Duquesa, Operación Titanium, Operación Sauce, Operación Arco Iris- Son nombres que no dan pistas y quitan tensión a los que participan en este tipo de actuaciones, que en muchas ocasiones pueden ser peligrosas. Yo reivindico a estos agentes literatos también para la sanidad, para darle un mayor romanticismo a la cirugía y poder relajar a pacientes y familiares a la hora de enfrentarse a una operación. A veces no es la intervención quirúrgica la que da miedo, sino su nombre, que suele ser horroroso y poco clarificador. Nada que ver con los términos que manejan los policías. Yo lo más cerca que he estado de una operación ha sido de almorranas, una de las pocas intervenciones quirúrgicas en las que la persona que tiene que raparte la parte afectada antes de entrar al quirófano no tiene problemas para hacerte la raya al medio. Además, no es lo mismo contarle a un conocido que te han hecho una operación de hemorroides que una operación de duquesas o de titanium. Es mucho más agradable y tiene mayor sonoridad cualquiera de los nombres policiales, incluso a la hora de un diagnóstico médico: "tiene usted que operarse de arco iris". Pero hay más. Ahora que las calles con recuerdos franquistas (auténticas hemorroides) deben cambiar sus nombres la solución podría ser crear un comité de polis literatos para decidir las nuevas denominaciones, para que todo sea más suave, no se den pistas y se quite tensión a unos y otros.