Primera víctima mortal de un maltratador este año. Y, encima, el homicida ya había sido denunciado y sobre él pesaba una orden judicial de alejamiento. Pero no sirvió de nada. Jenny Patricia A. M., de 43 años, ecuatoriana residente en Murcia, murió desangrada tras ser apuñalada por su exnovio, Eduardo Ramón M. E., de 48, ya detenido.

El suceso se produjo a las 20.30 horas del domingo en las proximidades del Auditorio de Murcia, aunque se gestó un poco antes y a escasa distancia. Patricia A. M., acudió por la tarde con varias amigas a una zona en las afueras donde los fines se semana se reúnen los ecuatorianos.

Eduardo Ramón M. E., también acudió. Al parecer, un amigo le había avisado de que la mujer estaba allí. Varios testigos les vieron riendo e incluso abrazándose, pese a que no mantenían relación desde hacía meses. Cuando la mujer y sus amigas se marcharon, el individuo la siguió y se ofreció a acompañarla.

EN EL CORAZON Tras recorrer unos 200 metros, el agresor la apuñaló repetidas veces con un cuchillo de 15 centímetros que había cogido en su casa y que abandonó en el alféizar de una ventana. Una de las puñaladas le afectó al corazón y los equipos sanitarios no pudieron salvarla.

Patricia A. M., que tenía regularizada su situación en España, trabajaba cuidando a un anciano. Todos los meses enviaba dinero a su país, donde viven su marido y sus hijos. La mujer cortó la relación con Pedro Ramón M. E., a causa de los malos tratos. Clara y Narcisa, las mujeres con las que compartía piso, explicaron ayer que el pasado mes de julio, el agresor la recogió con su coche y se la llevó a una casa de una pedanía murciana donde le dio una paliza.

El presunto homicida, que se encuentra en situación irregular en España y trabaja en el campo, se negó a aceptar la ruptura y comenzó a acosar y amenazar a la víctima, a la que decía que iba a matar. Ella le denunció ante la policía y consiguió que el juez dictara una orden de alejamiento contra el agresor, según la cual éste no podía acercarse a menos de 300 metros.

El domingo, una hora después de matar a su exnovia, el presunto homicida fue detenido por la policía local. Todavía tenía su camisa manchada de sangre cuando aseguró a los agentes que no quiso hacer daño a la mujer, cuya muerte es la primera que se registra este año por la violencia doméstica. El año pasado murieron 72 mujeres por esta causa, una más que en el 2003.