TVtivimos varias vidas a lo largo de nuestra existencia y acabo de darme cuenta de que hace tiempo terminó una de ellas. He ido al ferial, en Badajoz, por primera vez desde que se trasladó a la actual ubicación, no recuerdo cuándo, me dicen que hace unos diez o doce años. Iba con ganas de bailar, tomar unas copas y encontrarme con amigos y conocidos.

Desolación. Nada de aquello que recordaba. Allí no estaba mi gente y habían desaparecido las casetas de entonces. Esa no era mi feria.

Muy bien organizada, con zonas entoldadas, árboles y excelentes servicios pero, de no ser por la portada que recrea fielmente la fachada del ayuntamiento, diría que me encontraba en cualquier otra ciudad. Ni una sola vez levanté el brazo en señal de saludo o sonreí al decir adiós. No conocía a nadie.

Antes, en la vida anterior, podías ir sola al ferial porque enseguida te unías a gente. En cualquier caseta encontrabas amigos y, compañeros con los que ir a comer un pinchito a la caseta de UGT, a la de CCOO y a la de el periódico Extremadura para bailar Paquito el chocolatero. Allí estaba Pepe None , cambiándose de sombrero, siempre divertido y contagiando alegría. Luego a tomar el aire a la verbena central, algo desangelada, pero fantástica para marcarte unos pasos de pasodoble mientras buscabas otros espacios donde seguir la fiesta. Preguntándome dónde estaba mi gente me encaminé de nuevo a la portada.

Seguramente en sus casas, o sentados en alguna terraza con sus hijos mientras esperaban a los nietos que estarían bailando en las casetas-discotecas que iba dejando a mi espalda.

Sin duda estoy hace años en otra vida pero no me había dado cuenta.

Regusto de tristeza al mirarme los zapatos. Limpios.

Tampoco había ya polvo.