Marta Sánchez no ha sido la única en intentar ponerle letra al himno de España. El cantautor Joaquín Sabina, el poeta Jon Juaristi, el diputado del PP Guillermo Delgado o el letrista Paulino Cubero han hecho otras versiones que no han tenido más éxito que la que propuso el escritor José María Pemán en 1928 y que adoptó el franquismo con algún arreglo.

Pero la Marcha Real, o Marcha de Granaderos, consagrada como himno de España por la Constitución Española de 1978, ya ejercía esa tarea de representar al país desde el reinado de Carlos III, cuando fue compuesta sin letra por Manuel Espinosa de los Monteros en 1770.

Francia e Inglaterra tenían ya entonces dos himnos nacionales en los que saludaban al rey y le deseaban grandes glorias: la primera versión del todavía actual 'God save the queen/king' británico --que siempre tuvo letra-- y el himno francés prerrevolucionario. Pero Francia, tras la Revolución cambió el himno por 'La Marsellesa', escrita por Rouget de Lisle en 1792 y adoptada oficialmente apenas tres años más tarde y luego por Napoleón.

En el siglo XIX hubo varios intentos de ponerle letra a la Marcha Real, incluida una carlista.

Viva España,

gloria de tradiciones,

con la sola ley

que puede prosperar.

Viva España,

que es madre de Naciones,

con Dios, Patria, Rey

con que supo imperar.

Ventura de la Vega también lo intentó en 1843 sin éxito y el general Prim convocó un concurso que acabaron dejando desierto.

El escritor catalán Eduardo Marquina propuso una letra para las bodas de plata de Alfonso XIII en el trono, en 1927

¡Gloria, gloria, corona de la Patria,

soberana luz

que es oro en tu pendón!

¡Vida, vida, futuro de la Patria,

que en tus ojos es

abierto corazón…!

Púrpura y oro: bandera inmortal

¡en tus colores juntas, carne y alma están!

Púrpura y oro: querer y lograr:

¡tú eres, Bandera, el signo del humano afán!

Pero fue José María Pemán quien propuso el intento que más tiempo duró,. Lo escribió durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera, en 1928, y fue el que luego adoptaría el franquismo con algunos retoques. Cuando se aprobó el himno, Francisco Franco estaba al cargo de la Academia General Militar:

“Viva España, alzad los brazos

hijos del pueblo español,

que vuelve a resurgir.

Gloria a la Patria que supo seguir,

sobre el azul del mar, el caminar del sol…”

La República Española cambia la Marcha Real por el Himno de Riego, que sí tenía letra propia, aunque para muchos ha pasado a la memoria con la letra anticlerical que cantaban los milicianos durante la Guerra Civil.

La vuelta al orden constitucional vuelve a consagrar la Marcha Real como himno, ya sin letra, y desde 1997, con José María Aznar como presidente, que firma un decreto ley con una estricta estipulación de cuándo y en qué versión hay que tocarlo. Coincide con el final de los derechos de la familia del músico militar Bartolomé Pérez Casas, que percibía un tanto como responsable de los arreglos del himno desde 1908. Desde entonces, el himno es propiedad del Estado. Según el decreto ley:

El himno nacional será interpretado, cuando proceda:

1. En versión completa:

a) En los actos de homenaje a la Bandera de España.

b) En los actos oficiales a los que asista Su Majestad el Rey o Su Majestad la Reina.

c) En los actos oficiales a los que asista la Reina consorte o el consorte de la Reina.

d) En los demás actos previstos en el Reglamento de Honores Militares.

2. En versión breve:

a) En los actos oficiales a los que asistan Su Alteza Real el Príncipe de Asturias, Su Alteza Real la Princesa de Asturias o Sus Altezas Reales los Infantes de España.

b) En los actos oficiales a los que asista el Presidente del Gobierno.

c) En los actos deportivos o de cualquier otra naturaleza en los que haya una representación oficial de España.

d) En los demás casos previstos en el Reglamento de Honores Militares.

Pero aún así, continuaron los empeños. En el 2007, el Comité Olímpico Español se lo pide a Paulino Cubero.

¡Viva España!

Cantemos todos juntos

con distinta voz

y un solo corazón

¡Viva España!

desde los verdes valles

al inmenso mar,

un himno de hermandad

Tampoco gusta. Joaquín Sabina firma una nueva versión cuyos primeros borradores publica en la revista Interviú.

Ciudadanos, / ni héroes ni villanos, / hijos del ayer, / hay tanto por hacer. / Ciudadanos, / tan fieramente humanos, / tan paisanos del / hermano de Babel. / Alta montaña / con puerto de mar / clave de sol España / atrévete a soñar.

Antes, por encargo de José María Aznar, lo habían intentado el poeta Jon Juaristi, Luis Alberto de Cuenca, Abelardo Linares y Ramiro Fonte, sin que hubiera consenso.

Entre tanta versión, también ha habido pifias sonadas como las que han encarado sobre todo deportistas españoles en los podios de competiciones internacionales. Como la que sufrió Rafa Nadal en la Copa Davis del 2003, cuando le pusieron el Himno de Riego, eso sí, cantado.

Entre tanta versión, también ha habido pifias sonadas como las que han encarado sobre todo deportistas españoles en los podios de competiciones internacionales. Como la que sufrió Rafa Nadal en la Copa Davis del 2003, cuando le pusieron el Himno de Riego, eso sí, cantado.