La tragedia del Columbia sigue poniendo en evidencia a la NASA y a los expertos que, tras el lanzamiento, desdeñaron el riesgo que suponía el desprendimiento del material que cayó en el ala izquierda. La agencia espacial financió en 1990 un informe que ya alertaba de los dos riesgos que otros estudios apuntan ahora como las causas más probables de la tragedia del pasado sábado.

El estudio, realizado por expertos de la Universidad de Stanford y de Carnegie Mellón, y del que ayer informaba The New York Times , denunciaba que las placas protectoras cercanas a los trenes de aterrizaje --que protegían los tanques de combustible y el sistema hidráulico del transbordador-- eran particularmente vulnerables. Las primeras investigaciones apuntan a que los problemas en esa zona desencadenaron la desintegración de la nave.

El documento también advertía que el hielo que se forma alrededor del depósito exterior podía desprenderse y caer sobre la nave con graves consecuencias, pese a lo cual la NASA ha insistido en que lo que se desgajó fue espuma aislante del tanque.