Lejos de apagarse, la controversia que ha suscitado la rehabilitación del obispo lefebvrista Richard Williamson en el seno del Vaticano vivió ayer otro acalorado episodio, cuando en el periódico La Tribuna salió publicada una entrevista con el sacerdote italiano Floriano Abrahamowicz, máximo responsable de los lefebvristas en el noreste de Italia; en ella, el cura respalda las tesis negacionistas de su polémico superior, dice que las cámaras de gas de los nazis no fueron hechas para matar y que las cifras del Holocausto son "una exageración". En resumen: echa --y con nota-- más leña al fuego.

"No sé si las víctimas murieron por el gas o por otros motivos --declaró--. No lo sé, de verdad. Sé que las cámaras de gas existieron por lo menos para desinfectar, pero no sé decir si también mataron o no, ya que no he profundizado en el tema". Los judíos, continuó, "exasperan en vez de honrar a las víctimas del genocidio". Según Abrahamowicz, "si Williamson hubiese negado el genocidio de 1,2 millones de armenios por parte de los turcos, los diarios no hablarían como ahora".

La rehabilitación de Williamson en el Vaticano ha derivado en una cada vez más peligrosa ola de rechazo que pone en riesgo las relaciones entre la jerarquía católica y los judíos. A la decisión del Gran Rabinato de Israel de romper con la Santa Sede se sumó ayer el Consejo Central de los Judíos de Alemania, que optó por suspender "momentáneamente" el diálogo. "Me gustaría que hubiera un movimiento de protesta en el seno de la Iglesia contra estos comportamientos por parte del Papa", dijo su presidenta, Charlotte Knobloch, quien añadió que el gesto del Vaticano de condenar el negacionismo le parecía "insuficiente".