Ls aguas del archipiélago canario se convirtieron de nuevo ayer en la tumba de nueve inmigrantes subsaharianos tras zozobrar la pequeña barca en la que navegaban junto a 16 personas más, a escasos 800 metros de la costa de Tuineje, en la isla de Fuerteventura. El pasado 2 de junio, una embarcación similar corrió la misma suerte en esa zona con el trágico balance de 12 fallecidos --uno de los cadáveres todavía no ha sido localizado-- y 11 rescatados.

Las labores de rescate de los cuerpos de los desaparecidos en el naufragio de ayer dieron como fruto la localización de los cadáveres de ocho de los nueve desaparecidos. El último fue rescatado al anochecer, en la zona de El Jame, en el municipio de Tuineje. Otros seis fueron evacuados en las aguas próximas al lugar de los hechos, y el séptimo lo fue por la mañana.

A mediodía fue localizado a su vez el cuerpo de uno de los inmigrantes que habían desaparecido tras el hundimiento de su patera el pasado 2 de junio, justo 24 horas después de que fueran rescatados otros cuatro cadáveres de la misma embarcación también en aguas del sur de Fuerteventura.

Cuando todavía no ha concluido el rescate, la última tragedia de la inmigración se produjo a la 1.30 horas de la madrugada de ayer. Una rudimentaria patera, que tenía una importante vía de agua, fue detectada por una patrullera. Los agentes intentaron calmarlos y les aseguraron que los rescatarían de inmediato.

La ansiedad y el miedo, sin embargo, se apoderaron de los 25 africanos, lo que provocó que al ponerse de pie para comenzar su traslado a la patrullera, la pequeña barca perdiera estabilidad y volcase. Sólo tres de ellos no cayeron al mar: uno ya estaba en la embarcación de la Guardia Civil, mientras que los otros dos consiguieron agarrarse a la misma y no caer a las frías aguas.