Unos 15 menores han desaparecido y hallados posteriormente muertos en los últimos 10 años. Pero la cifra aumenta si se tiene en cuenta aquellos cuyo cadáver aún no ha sido encontrado, como los recientes casos de la sevillana Marta del Castillo, el niño canario Yeremi Vargas, sin rastro de su paradero desde marzo de 2007, y la irlandesa Amy FitzPatrick, de 15 años, desaparecida en Mijas (Málaga), en diciembre de 2007.

El último caso de menor asesinado fue el de Alejandra Soto-Alján, una joven de 17 años desaparecida el 1 de diciembre del 2009 en Redondela (Pontevedra) y encontrada muerta dos días después.

El caso de Mari Luz Cortés, de cinco años, mantuvo en vilo a la población de Huelva durante 54 días en el 2008. La pequeña fue asesinada por un pederasta que no había ingresado en prisión por un error judicial.

O el de María Dolores, una adolescente de 14 años de Ripollet supuestamente asesinada por un compañero de instituto del que estaba enamorada y un amigo. Ambos, de 14 y 15 años, fueron condenados a sendas penas de cinco años de internamiento y tres de libertad vigilada para el primero, así como a cuatro años y nueve meses de internamiento y tres de vigilancia para el segundo.

Otra niña de 11 años, esta vez de nacionalidad coreana, fue asesinada en su domicilio de Las Palmas de Gran Canaria por un compatriota, que fue detenido como presunto autor del homicidio y acusado de agresión sexual y robo con violencia.

También en Canarias, pero en el municipio tinerfeño de Arjona apareció en agosto del 2007 el cuerpo de la joven chilena de 15 años Fernanda Fabiola Urzúa Marín, desaparecida el 26 de julio anterior. Un ciudadano colombiano de 28 años confesó la autoría de los hechos.

En el 2005, fue hallado muerto un menor de origen marroquí de 14 años cuyo cadáver estaba escondido en el armario de un vecino de Sabadell, que fue acusado del homicidio del niño.

Y en el 2003 se encontraron los cuerpos sin vida de Erika, de 4 años, localizada en una bolsa de plástico dentro de un camión de basura en la localidad orensana de Carvallino y de Sonia Carabantes, de 17 años, desaparecida en Coín (Málaga) y encontrada en estado prácticamente irreconocible en el municipio malagueño de Monda.

Otros menores desaparecidos fueron Dónovan Párraga, de 12 años, hallado muerto en Trijueque (Guadalajara) sin indicios de violencia, y la niña Montse Fajardo, de 7 años, hallada en Almería.

También se recuerdan los casos de Hambata O. de 13 años, localizada en Castellón; Inmaculada Pereira, de 16, hallada en Tenerife; Inmaculada Arteaga López, de 14, que fue encontrada con el cráneo destrozado en la Sierra de los Molinos del Campo (Ciudad Real); Tamara Navas, de 9 años, desapareció en marzo de 2001 en Salou pero su cadáver no se localizó hasta el 21 de Febrero de 2002 sobre una cama en un domicilio próximo al suyo. Y el de Jonathan Vega, de 3 años, que apareció muerto en un vertedero próximo al lugar de su desaparición en San Fernando de Henares (Madrid) en el año 2000.